Jóvenes jinetes de grandes obstáculos
Upacesur
Profesionales del centro hípico El Juncal imparten clases semanales a cinco alumnos de Upacesur Jerez gracias a las becas concedidas por la Hermandad del Rocío.
Iván, Mario y Joaquín son tres jóvenes jinetes que cada semana acuden a sus clases en el centro hípico El Juncal. Todos los jueves esperan emocionados esta cita que para ellos es mucho más que un simple deporte o actividad de ocio. Los tres son alumnos de Upacesur Jerez -donde se atiende a personas afectadas de parálisis cerebral y trastornos afines- y estas clases son para ellos diversión y rehabilitación, a partes iguales. La participación de estos niños y de otros dos más en la equinoterapia es posible gracias a las becas puestas en marcha por la hermandad del Rocío de Jerez, a través de su bolsa de caridad.
Vicen Sánchez es la madre de Iván, de 10 años, y recuerda que su hijo "empezó a montar aquí con dos años. Estuvo dos años montando y le fue muy bien, pero tuvimos que dejar traerlo porque nuestra economía no nos permitía darle todas las cosas que él necesita". Por estos motivos, agradece a la hermandad del Rocío y a Upacesur que su hijo pueda volver a montar. "Nos preguntaron si queríamos traerlo aquí gratis gracias a la beca y dijimos que sí encantados. Él viene por el camino bailando, sabe que es jueves en cuanto me ve coger el casco... no habla pero a su forma te hace saber lo que le gusta y se lo pasa estupendo", asegura Vicen.
Los beneficios de la terapia con caballos en su hijo, que habitualmente va en silla de ruedas, son más que visibles: "Cuando empezó a montar a caballo su espalda no aguantaba estar recta, empezaba con la cabeza pegada a la crin del caballo pero fue cogiendo fuerza como se ve. Además le hacen ejercicios con los brazos". De hecho, "antes la fisio montaba detrás de él pero ya no". "Estamos muy agradecidos, cuando me dijeron de venir, me volví loca de contenta porque sabía que lo iba a disfrutar", reitera.
Yolanda Cardeñosa es la madre de Mario, de 8 años, y reconoce también que su hijo acude emocionado a cada jueves ya que "siempre le han gustado los caballos" pero nunca había dado clases. Lleva ya casi dos meses y, aunque es poco tiempo, "se le nota mejoría, se le ve más derechito". Reconoce, además, que "toda la rehabilitación es esencial, mientras más mejor", por lo que agradece la oportunidad que le han dado a su hijo, con hemiparesia, con la beca de la hermandad.
"No hay palabras, estoy agradecida eternamente", asegura Argelia Garrido cuando le preguntan por la ayuda de la que disfruta su hijo Joaquín, de 5 años. Afectado por una hemiparesia, el pequeño acude sonriente a sus clases dispuesto a cepillar a su caballo y a montar en cuanto le toca su turno. "Está dando rehabilitación pero esto diferente. Está siempre esperando que llegue el jueves y preguntando ¿mamá cuándo vamos otra vez?", explica Argelia.
Este último jueves de clases, además, ha sido un día especial ya que a la cita en El Juncal han acudido también representantes de la hermandad del Rocío de Jerez para ver en primera persona a los menores que disfrutan de las becas. Los padres han podido agradecer personalmente a Raúl Rodríguez (hermano mayor de la hermandad) y a José Luis Flores (delegado de Caridad) las becas puestas en marcha. "Es increíble verlos, te llega al alma. Ese programa es fruto del trabajo de todos los hermanos de la hermandad que se vuelcan con cada actividad de la bolsa de caridad", explica Rodríguez. El objetivo de poner en marcha estas ayudas a Upacesur "ha sido porque entendemos que no todas las obras de caridad tienen que ser dar de comer a la gente, que también, pero este es un proyecto muy bonito con el que los niños tienen unos avances increíbles con los caballos". "Dentro de nuestras posibilidades estamos becando ahora a 5 niños y a ver hasta dónde podemos llegar", comenta, asegurando que la idea "es seguir todo el tiempo que podamos, al menos, mientras esté esta junta en la hermandad".
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