Lluvia en un anormal inicio de romería que obliga a cambiar el camino de Jerez
Rocío 2016
No se dormirá hoy en Carboneras y mañana se irá por la carretera de Matalascañas, para acampar en Manecorro. El derrumbe de un tramo elevado de tierra fuerza un cambio de ruta.
El pésimo estado en el que se encuentra el camino desde el Palacio de Doñana en adelante, agravado en las últimas horas por la intensa lluvia, ha provocado que el Plan Romero haya modificado la ruta de la hermandad jerezana. La consecuencia es un importante cambio del camino, que por lo pronto para esta misma noche establece como lugar de pernocta El Cancelín, mucho más adelante que el habitual de Las Carboneras. La otra novedad llegará mañana viernes, jornada en la que la hermandad, una vez llegue a Palacio, tomará la carretera del Lince o Amarilla, almorzar al final de esta vía y entrar en la carretera de Matalascañas para volver a acceder al Coto por Manecorro, donde harán noche.
Ese lugar es donde cada año se cambian las flores del Simpecado el sábado por la mañana. Esta decisión se adoptó y comunicó a las hermandades ayer por la tarde tras inspeccionarse el camino y certificarse la imposibilidad de transitar por la Raya, prácticamente inundada.
El delegado del gobierno andaluz en la provincia, Fernando López Gil, se ocupó de dar a conocer las novedades a los hermanos mayores, ya que los cambios afectan a todas las hermandades que se encuentran en Doñana. Otra incidencia se produjo ayer poco después de entrar la hermandad en el Coto. Un tramo de camino hecho de tierra y elevado para salvar una marisma, denominado la 'plancha', se derrumbó obligando a dar marcha atrás a los jerezanos. La alternativa fue tomar una ruta más larga que rodea la marisma
En cuanto a la crónica del día, a las nueve de la mañana salía el Simpecado de la hermandad de la iglesia de Santo Domingo una vez concluida la misa de romeros, que fue muy participada como es costumbre. Así daba comienzo un camino que a esa hora de la mañana, y desde el cielo, avisaba de lo que quedaba por delante en lo meteorológico. Chispeaba y caían algunas gotas en ese momento. Fue una jornada totalmente atípica y desagradable pero sin incidentes, algo que no es baladí teniendo en cuenta el factor tiempo y su repercusión en la carretera. Atípica también por el ambiente tan corto que tuvo todo, tanto en el entorno de la hermandad como la animación habitual en Bajo de Guía, muy mermado en comparación con años precedentes. La lluvia tuvo la gentileza de ausentarse durante la salida para que la comitiva rociera cumpliera con los momentos que marcan el inicio de la romería en su transito por la ciudad.
Hubo muchas prisas para salvar el día. El número de caballistas que precedían al Simpecado se redujo notablemente dado que muchos de los habituales que van a caballo decidieron no hacerlo para cambiar la montura por el coche. Otros llevaron sus animales y coches a Bajo de Guía para esperar allí a la hermandad y hacer con ella el embarque. Es lo que toca en este camino, hasta ahora muy diferente, que ha obligado a prepararse para la lluvia y el fresco, de tal forma que en el equipaje hubo que incluir ropa de agua y todo tipo de aislantes para la humedad, además de ropa de abrigo. Pese a todo, la gente de la hermandad empezó con buen talante y muchas ganas la romería, eso sí, esperando y deseando lo mejor para el camino.
Se paró en la escuela de San José donde el recibió la Salve de los pequeños escolares y la suelta de cuatro palomas. En La Victoria se rezó ante la Virgen de la Soledad al igual que en la gruta de la Virgen de Lourdes. Tras visitar a los enfermos en San Juan Grande, se puso rumbo a la carretera del Calvario. La lluvia arreció cuando se entraba en esta vía, ayer cortada al tráfico excepto para el paso de la hermandad. En algunas zonas, la calzada estaba cubierta por el barro, con grandes charcos de agua pero no tan intransitable como se esperaba. El rezo del Ángelus sí se pudo hacer en el Barroso con todos los carros, pese a que ese espacio estaba bastante embarrado; no así en Ventosilla donde, como ya se anunció, solo entró la tracción animal para que caballos y mulos abrevaran. No hubo rengue de almuerzo allí, que hoy por hoy es casi una inmensa laguna.
Desde la dos de la tarde aproximadamente, la lluvia se tornó torrencial. La hermandad llegó sobre las cinco menos diez a Bajo de Guía donde la recibió el poco público que allí aguantó el temporal. Se rezó ante la Virgen del Carmen en su capilla. El embarque fue a las 17,15 horas subiendo el Simpecado y los carros. El transito se produjo bajo un fuerte aguacero pero con marea baja, afortunadamente, lo que hizo posible un tranquilo tránsito; tanto fue así que pasadas las seis y media de la tarde, toda hermandad estaba ya en la playa de Malandar para entrar en el Coto, gracias también a que desde primera hora de la tarde y mucho antes de que llegara la hermandad a Sanlúcar, la mayor parte de la tracción mecánica había cruzado el río.
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