Morosidad y presupuestos
a pie de campo
Nunca llueve a gusto de todos y tras la propuesta del Ejecutivo del Presupuesto de la Junta de Andalucía para 2012, se puede ir más allá y decir que ha llovido a gusto de nadie. Los principales sectores de la sociedad han hecho su balance sobre el presupuesto y las declaraciones no tienen desperdicio. La conclusión; todos disgustados por el planteamiento de la Junta.
Una de las claves es que no se entiende cómo el Ejecutivo se plantea las ayudas futuras teniendo un índice de morosidad tan alto. En cualquier casa, los integrantes de las familias no se plantean futuros gastos hasta no haber saldado las cuentas pendientes, la Junta no. En la Administración parece no ser así, lo mismo da tener a un montón de sectores con el agua al cuello porque no cobran los servicios prestados a la Junta de Andalucía, con todos los papeles y siguiendo los BOJAs oficiales, que ellos siguen pensando en cómo dar un dinero que, según parece a los que no cobran, no tienen. Sería coherente y deseable que primero se cerraran los millones de euros que deben y después, se pongan a hacer numeritos, ceritos y palotes, para plantear qué políticas van a favorecer.
Y hablando de sectores desfavorecidos, el campo ha saltado como un gato al ver los presupuestos. Es curioso que los candidatos se afanen por recaudar el voto rural y, en cambio, en los presupuestos no se refleje ese valor estratégico del sector para el desarrollo de Andalucía. O sí o no. Las cifras avalan al sector: Andalucía emplea al 37% de la mano de obra agraria activa nacional y copa el 32% del PIB agrario. Además, Andalucía ocupa el 21% de la superficie agraria útil nacional. No lo dice el sector, lo dicen los números: Hay que contar con el sector para construir el futuro de esta Comunidad.
Es un momento crítico para España y crítico para todos los españoles que ven como el castillo de naipes, del que ya se habían caído la mayoría, se sostienen cinco cartas y con temblique. O la Administración se pone a dar cola al castillo y comienza, con sosiego y equilibrio, a construir o peor van a ir las cosas, que ya están mal.
Lo primero, buscarse las mañas para deshacer el nudo al cuello que le ha puesto a todos los que han confiado en ella, le han aportado un trabajo profesional y específico y no han recibido un euro a cambio. Para los emprendedores es inviable trabajar al ya te veré. Ellos también tienen que hacer sus presupuestos.
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