'Sólo quiero que vea a mi padre'
Fran González, un joven asturiano, afirma que espera que el conductor de un coche, que provocó un grave accidente durante la pasada motorada, acuda a la UCI del hospital para interesarse por su progenitor
Los jóvenes González Pérez, de Pola de Lena (Asturias), están sufriendo sus peores momentos: su padre, Ángel Luis, de 57 años y profesor de instituto, se está debatiendo entre la vida y la muerte en la UCI del hospital de Jerez tras un brutal accidente ocurrido durante el sábado de la pasada motorada. Señalan que fue provocado por el conductor de un coche que se saltó un 'stop'.
Uno de los jóvenes, Juan, explica que llevaba a su padre de 'paquete' en su moto de gran cilindrada, cayendo ambos del vehículo "porque un coche no respetó un 'stop'. Quise esquivarlo y lo logré, pero no pude evitar que nos cayéramos ante la maniobra". El siniestro se produjo sobre las 17:10 horas en la carretera que enlaza Algar (donde los afectados y otros moteros fueron a almorzar) y San José del Valle. El hombre de 57 años salió despedido con la mala suerte que se golpeó de costado con una señal, sufriendo heridas muy graves.
A consecuencia del siniestro Ángel González permanece internado en la UCI con graves heridas en el hígado ("le pusieron tres bolsas de sangre e incluso dí el visto bueno a un nuevo tratamiento experimental", explica Fran, otro de sus hijos) y nueve costillas rotas, además de otras lesiones que recoge el parte médico. El estado de esa persona es muy grave pero podría salir adelante con secuelas importantes, han comentado los médicos, que añadieron que Ee profesor tendría como mínimo que guardar reposo cuarenta días.
La indignación de la familia asturiana era ayer palpable ante la falta de responsabilidad del conductor que provocó, supuestamente, el accidente con un turismo. Los implicados pudieron guardar algunos detalles del coche implicado, un Ford Focus, de color oscuro, pero desconocen más datos. El destacamento de Tráfico de la Guardia Civil ha confirmado a la familia que mantiene abierto el atestado por el siniestro para su remisión a la autoridad judicial una vez que se precisen todos los datos.
Aunque la investigación policial prosigue en marcha, Fran señala que lo "único que quiero que la persona que llevaba ese coche venga al hospital y se interese por mi padre. Sería capaz, aunque es muy difícil, tal como está él, perdonad lo que hizo. Pero estaría dispuesto a hacerlo si diera la cara. Supongo que será un padre de familia, normal como mi padre, que debe dar la cara, como un hombre, ante un accidente así".
Jorge, un portuense amigo de estos chicos asturianos, rodaba en el mismo grupo tras haber almorzado juntos: "Fui consciente de la situación: vi como el coche hacía un amago de detenerse tras comerse la señal, pero luego siguió. Hice una frenada brutal y noté cómo se hundía la horquilla, que chirriaba. La rueda se bloqueó y levanté freno para volver a frenar a toda pastilla. Pasamos (su novia Cira iba de 'paquete') a quince centímetros del coche". Este motero afirma que ambos cayeron tras la apurada de frenada y se deslizaron "unos 30 ó 40 metros" por la calzada hasta acabar Cira con toda la cara ensangrentada debajo de la moto -una Yamaha FZ6 de gran cilindrada-.
La familia mantiene que el conductor del coche, además de cometer la grave imprudencia de no respetar un 'stop' (señalizado perfectamente) hizo caso omiso del deber de auxilio. Fran González agrega que "fui quien llamé a los servicios de emergencia. Chapó por ellos, porque la ambulancia y la Guardia Civil estaban allí a los diez minutos, a pesar de que creo que es un sitio lejano de Jerez". Fran era la primera vez que acudía al Gran Premio y rodaba con su moto tras las otras dos.
Juan Pérez, que conducía la Kawasaki donde viajaba su padre, ha sufrido magulladuras y erosiones, y tiene un brazo descolgado por intentar sostenerle cuando se caía: "Me considero un motero experto y prudente. Estoy harto de que nos criminalicen. Busqué el prado, irme por un sitio donde no corriéramos peligro, pero..."
Este joven destacó que la suerte y que el buen equipo que llevaba, desde casco integral de primera división y ropa del mismo nivel, "me evitó heridas más graves. Ahora agradezco el trabajo de los médicos, sobre todo por lo que están haciendo por mi padre". También agradecen el apoyo de la peña motera 'La Koza' pues son "unos chavales que, sin conocernos casi, no paran de llamarnos".
15 Comentarios