La inmobiliaria de una de las principales entidades bancarias del país y la liquidadora de un desaparecido gigante del ladrillo continúan buscando comprador para uno de las bolsas de suelo urbanizable más grandes de la ciudad. Concretamente son varias fincas ubicadas a pie de la Carretera de Trebujena (A-2000), en la parte baja de la zona residencial de Los Villares.
Estos terrenos, declarados urbanizables en el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) al formar parte del denominado plan parcial Los Villares 2, podrían albergar casi 1.400 viviendas. Por ellos, se piden mediante subasta unos 5,3 millones de euros.
Estos suelos forman parte de los activos del gigante del ladrillo Reyal Urbis, que quebró en 2017 y que continúa en proceso de liquidación a día de hoy. Ahora bien esta empresa continúa teniendo otros terrenos en Jerez para los que también busca comprador. Eso sí, recientemente una firma jerezana se hizo con una de sus principales propiedades, unos terrenos en la calle Circo cuya primera fase de viviendas está actualmente en proceso de comercialización.
Los Villares II, denominación urbanística que tiene estos terrenos situados entre la A-2002 y la zona residencial de Los Villares, es una de las 12 grandes bolsas de suelo que declaró urbanizables el PGOU que el Ayuntamiento de Jerez aprobó en 2009. Con una superficie estimada de algo más de 396.000 metros cuadrados, en el sector que forman parte estos terrenos se permite la construcción de 1.385 viviendas, de las que un 30% deberían destinarse para protección oficial (VPO). Este desarrollo residencial iría complementado por unos 59.000 metros cuadrados de zonas verdes y unos 40.000 metros cuadrados de reserva para equipamientos.
Estos suelos aún no cuentan con la tramitación urbanística necesaria para su puesta en carga. Hubo un intento a principios de la pasada década, pero la grave situación económica de los promotores propició su inviabilidad. Así, en 2013, Reyal Urbis, que surgió de la fusión de la Inmobiliaria Urbis y de Construcciones Reyal, presentó ante la Delegación de Urbanismo un plan parcial de estos suelos, el documento donde se pormenoriza su ordenación urbanística. Lo hizo junto a otra sociedad, Rochduero, entidad que estaba conformada por la promotora jerezana Rochdale, que también fue liquidada, y Caja Duero, que acabó siendo absorbida por el grupo Unicaja).
El planeamiento se aprobó de manera inicial en 2013; sin embargo, dos años más tarde el pleno del Ayuntamiento procedió a la denegación de su aprobación definitiva. El motivo fue que no hubo respuesta por parte de los promotores a las alegaciones y solicitudes de correcciones a la propuesta de ordenación que había presentado. Desde entonces, no ha trascendido públicamente que se haya retomado la tramitación de este documento urbanístico.
Los Villares 2 forma parte de la amplia extensión de terreno ubicada entre la antigua travesía de la N-IV y la Ronda Oeste (A-4) que se declararon urbanizables en el nuevo PGOU. No obstante, y debido a la grave crisis del sector de la construcción que vivió hace más de una década, ninguno de estos suelos que obtuvieron la consideración de urbanizables han podido desarrollarse.
De hecho, únicamente se han podido aprobar hasta el momento el plan parcial del Mirabal (lo hizo en 2011), en el extremo este de la ciudad, y, más recientemente, la ampliación de Guadalcacín. Mientras tanto, ahora se está tramitando la correspondiente a una de las dos fases de Montealegre.
Reyal Urbis fue una de las principales promotoras del país antes de la crisis del ladrillo de 2008 (llegó a tener unos 458 millones de euros en activos). No en vano, su proceso de liquidación fue el segundo mayor de la historia del país, solo superado por el de otra promotora, Martín Fadesa. Actualmente, la firma es la compañía que tiene la mayor deuda con la Agencia Tributaria que, según los últimos datos, ascendía a más de 341 millones de euros.
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