Todas las bombillas fundidas

Hay que tener pocas luces para que la Casa Real se meta en el fango (por decir algo) hasta el cuello por hacer un comunicado esclareciendo una conversación privada que la princesa Letizia mantuvo el pasado mes de noviembre mientras hacía una visita de rigor en Chile. Aparentemente, la experiodista estaba conversando con Simonetti, presidente de la Fundación Iguales en Chile, y le dijo que en España todos los ciudadanos “son tratados como iguales”, lo que se interpretó como un apoyo de la princesa al matrimonio homosexual. La aclaración se ha llevado a cabo porque la Asociación Nacional de Abogados Cristianos pidió una aclaración. Curioso que sea ahora, cuando parte de la familia real está en el punto de mira a causa de las supuestas malas actuaciones de Urdangarín, el momento de negar segundas intenciones en conversaciones privadas hace más de tres meses. Quizás también necesario, para cambiar el foco de atención social.