La alcaldesa, Mamen Sánchez, ha rehusado dar plazos sobre la normalización de los servicios públicos tras el ciberataque sufrido a los servidores municipales la pasada semana argumentando que “no quiere meter presión” a los técnicos que están tratando de restablecer la red informática.

Por lo tanto, en la jornada de este jueves todos los trámites que requieren de herramientas informáticas han continuado sin poder prestarse en todas las dependencias municipales. La atención al público como el trabajo de los empleados municipales están notablemente mermados por octavo día consecutivo tras el 'hackeo' detectado en la madrugada del pasado día 2. 

La regidora rehusó hacer previsiones en una comparecencia celebrada en la Sala Compañía momentos antes de la toma de posesión de los nuevos funcionarios municipales alegando que se prosigue trabajando en el proceso de revisión de cada uno de los equipos informáticos que tiene el Ayuntamiento para evitar que tenga algún tipo de puerta con el origen del ciberataque.

En este sentido apuntó que hay unos 200 ordenadores ya listos y con la información restablecida que en “próximas horas” se pretenden habilitar. “Lo importante es ir sobre seguro porque cualquier ordenador que tenga contacto con la red mala es echar atrás el trabajo”, sentenció. A principios de semana se apuntó que entre el martes y el miércoles se podría haber restablecido entre un "80 y 90%" de la red; en cambio, estas previsiones no han podido cumplirse alegando la dificultad y complejidad de las tareas de desinfección del contagio. 

Acto seguido, la regidora volvió a escudarse en la dificultad de defenderse de la virulencia de este tipo de ataques afirmando que hay “109 ayuntamientos europeos” que también han sido atacados recientemente. “Estamos hablando de terrorismo. Antes te metían en un coche, te metían en un zulo y pedían un rescate; ahora, hacen ataques como al hospital de Baltimore donde bloquean el acceso a los expedientes y a la información que necesitan los profesionales”, dijo. Asimismo, volvió a negar que se haya producido robo o fuga de datos.