Flamenco

Los otros centenarios de 2023

  • Alumnos del IES Almunia han rescatado del olvido las figuras de Antonia Suárez Jiménez ‘La Chiva’ y Antonia Carrasco Ahumada ‘La Marchena’ con motivo de su 100 cumpleaños

Antonia La Marchena, a la izquierda, y Antonia Suárez 'La Chiva, a la derecha.

Antonia La Marchena, a la izquierda, y Antonia Suárez 'La Chiva, a la derecha.

1923 no solamente podemos conocerlo por ser el año que trajo al mundo a Lola Flores, sino que, refiriéndonos a Jerez, nacieron otras artistas, evidentemente de menos relumbrón que La Faraona, pero que también han puesto su granito de arena al flamenco de la ciudad.

Nos referimos a dos artistas concretas, Antonia Suárez Jiménez y Antonia Carrasco Ahumada, ambas nacidas en el barrio de Santiago. Para la mayoría de ustedes seguramente estos nombres y estos apellidos le suenen de poco, pero detrás de ambos encontramos a dos artistas especiales en su modalidad, una el cante y otra el baile. Antonia Suárez Jiménez nació en Jerez en 1923, en el barrio de Santiago, y falleció en abril de 2004. Su apodo artístico fue ‘La Chiva’ y su legado lo podemos conocer a través de algunas grabaciones de la época donde demuestra sus dotes cantaoras.

‘La Chiva’ despuntó como artista a principios de la década de los cuarenta, años después de la guerra civil, y su talento le hizo formar parte de la entonces famosa compañía de doña Concha Piquer o Pastora Imperio, según se recoge en uno de los libretos editados por la Cátedra de Flamencología de Jerez en 1976 con motivo de una actuación para dicha institución.

Su progresión como cantaora fue importante, o al menos así se desprende de los cantes grabados en su discografía, que data de finales de los años cincuenta, justo antes de abandonar su carrera profesional en la década de los setenta. En dichos discos la escuchamos por bulerías y bulería por soleá, pero también haciendo fandangos, tientos de Jerez, fandangos por soleá (muy de moda en la época), alegrías y hasta sevillanas. Su regreso a los escenarios estuvo avalado por la Cátedra de Flamencología que contará con ella para muchas de sus actuaciones. Es más, esta institución la nombró miembro de honor y Dama Cabal de su Orden Jonda. Como ejemplo de esta circunstancia es el acto que organiza la Cátedra en 1977 y que fue el germen de la recuperación de las zambombas y la Nochebuena de Jerez, un acto en el que curiosamente también estará nuestra siguiente artista: La Marchena.

Antonia Carrasco Ahumada ‘La Marchena’ destacó por el baile. Nació también en 1923 y en Santiago, formando parte de aquellas generaciones de jerezanos que encontraron en el campo de la campiña su modo de subsistir, pues como ella misma reconocía en una entrevista concedida hace más de veinte años a este Diario, “yo desde los nueve años ya estaba en el campo cogiendo garbanzos, algodón, en la remolacha y en todo lo que saliera”. Adquirió su apodo artístico de su marido y aunque reconocía que bailaba y cantaba desde que tenía uso de razón, la realidad es que su primera aparición artística fue con 19 años en el Teatro Villamarta, una cita que compartió con Fernando Terremoto, que entonces apenas tenía 8 años.

Aunque no fue una artista profesional, sí que es cierto que durante años compartió escenario con Tía Anica ‘La Piriñaca’ y Tía Juana la del Pipa, una persona a la que consideraba “mi madre”, aseguraba en alguna entrevista.Las tres conformaron durante un tiempo el flamenco más genuinamente jerezano, adquiriendo ese papel de matriarcas gitanas que tanto llamaba la atención fuera y dentro de nuestras fronteras.

Su baile, marcado por las enaguas y el delantal, fue especialmente relevante en las primeras ediciones de la Fiesta de la Bulería, debutando en ésta en 1975, con un cuadro flamenco compuesto por Tía Juana la del Pipa, El Pilili, El Chicharrón, Diego Rubichi, El Berza, El Garbanzo y Tomás Torre ‘Torrito’. Posteriormente, participó en las ediciones sucesivas de este acontecimiento, y además lo hizo de manera continuada desde esa fecha (sólo faltó en 1978) hasta 1981.

Su última actuación en la Fiesta de la Bulería fue en 1990 compartiendo su baile con dos artistas incipientes, María del Mar Moreno y Antonio El Pipa. También tuvo especial protagonismo en los Viernes Flamencos.Antonia La Marchena falleció en Jerez en 2009 a los 89 años de edad.

La vida de estas dos artistas está siendo analizada y desarrollada por un grupo de alumnos del IES Almunia. El instituto jerezano, a través de su profesor de música, Kiko Moya y con ayuda de la Cátedra de Flamencología, ha trabajado durante la segunda y la tercera evaluación este interesante proyecto, que de alguna forma intenta poner en valor el papel de estas dos mujeres jerezanas mediante el análisis y la investigación.

El alumnado, 27 alumnos de la optativa de Música, han llevado a cabo todo tipo de entrevistas a informantes que les acerque a la trayectoria de estas dos ‘semidesconocidas’ artistas de Jerez. “Lo más difícil ha sido eso, encontrar información”, aseguran.

No obstante, su profesor, Kiko Moya admite que este hecho “que haya pocos datos sobre ellas, les motiva, porque es un trabajo que nadie ha hecho. Poner en pie ese relato es algo fundamental”.

Como complemento a esta biografía colectiva que están tratando de poner en pie, el alumnado ha llevado a cabo también un trabajo en la asignatura de Plástica que dirige Juan Luis Rodríguez de Medina. En ella, y con algunos de los datos que han obtenido de La Chiva y La Marchena, están realizando trabajos pictóricos que serán expuestos próximamente en el propio IES Almunia.

Antonia Marivega

Pero La Chiva y La Marchena no han sido las únicas mujeres en las que se han detenido los estudiantes, ya que también se ha profundizado en la figura de Antonia ‘Marivega’, que destacó ya no sólo por sus dotes artísticas sino también por su condición de empresaria en una época en el que el papel de la mujer era complicado. No en vano fue durante años la propietaria de ‘La Pañoleta’, uno de los cafés-tabanco de Jerez por el que pasaron muchos artistas.

Antonia Cáneva Medina (Jerez, 1925-2017) era conocida por dos apodos, uno el heredado de su familia, ya que al fallecer su madre muy joven, se crió con su abuela, María Vega, de ahí que muchas personas la conocían como Antonia la de María Vega, algo que en el lenguaje coloquial se quedó en Antonia ‘Marivega’.

El otro apodo era el de ‘La Bizca’ ya que, según han confirmado fuentes familiares, tuvo un desprendimiento de retina mientras cantaba una saeta, tuvo en sus últimos años un papel fundamental en el grupo de mujeres de la Peña Tío José de Paula, formando el taco en algunas de sus múltiples actuaciones.

En principio, todas estas indagaciones serán publicadas en la propia web del instituto jerezano, aunque también, con la ayuda de la Cátedra de Flamencología, se espera hacerlas públicas en un acto a principios del curso que viene.

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