El catedrático Vargas-Machuca se toma en serio la democracia
Habló de la necesidad de "las propiedades terapéuticas de la abstracción filosófica"
Acudió al acto inaugural del curso académico con la misión de hablar sobre democracia, sobre los males de ésta más bien. Pero los primeros minutos los empleó en defender la Filosofía. El catedrático de Filosofía Política de la Universidad de Cádiz, Ramón Vargas-Machuca Ortega, está convencido de que, "más que nunca", la sociedad necesita "las propiedades terapéuticas de la abstracción filosófica", pues explicó que ésta "filtra lo que es relevante, desvela lo opaco, proclama lo que se silencia y descubre las trampas de las exigencias de manipulación". Y tras aclarar que no corresponde a los filósofos cambiar el mundo, sino ayudar al ciudadano a formar su propio juicio político, se puso manos a la obra con el discurso Razones (añoradas) y promesas (incumplidas) de la Democracia.
En total son tres. Tres promesas de la democracia que son también tres buenas razones que refuerzan su legitimidad, dijo el ponente antes de presentarlas: La democracia es un poder de supremacía frente a otros poderes. Los que mandan son controlados por los mandados. La democracia se funda en una opinión pública razonable.
Pero, ¿qué ocurre? Pues que la estatalidad, según el catedrático, está sometida hoy a desafíos sin precedentes, y el Estado viene experimentando una crisis de envergadura que debilita su supremacía, autonomía y su efectiva capacidad de gobierno. Asimismo, apunta que la mayoría de los españoles -basándose en la primera Auditoría ciudadana de la calidad de la democracia en España elaborada por el CIS y el IESA en 2007- sospecha que no se les está suministrando la información necesaria para controlar a políticos que actúan de manera opaca. Y lamenta que al ciudadano sólo le llegue una información distorsionada que no le permite discriminar entre el político sincero y el embaucador. "Esta mirada sombría no responde a un espíritu derrotista, sino al empeño filosófico de alertar de una mutación que amenaza el porvenir de nuestras democracias". "Hay tantas razones para la esperanza como obstáculos para llevarlas a la práctica. Todo depende de que nos tomemos la democracia en serio".
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