No conocen los horarios, pagan a tocateja, son amables y serviciales

Primera pregunta: ¿Qué explicación tiene que los inmigrantes chinos se interesen ahora por antiguos establecimientos de la hostelería local? El fenómeno no es nuevo, sino que en muchísimas ciudades del país se está registrando este movimiento. Básicamente, hay que atribuir esta circunstancia a la gran saturación del emporio oriental de restaurantes chinos y bazares, antes conocidos por los 'Todo a 100'.

Activos y muy trabajadores, han expandido sus negocios a restaurantes de comida española y, por lo que parece, la crisis no h a mermado un ápice su afán emprendedor. Todo lo contrario, porque su expansión parece imparable. "Eligen siempre muy buenos locales, que son inasumibles para los comerciantes locales y pagan a tocateja. Son muy buenos a la hora de pagar y están demostrando ser buenos empresarios", dice un agente inmobiliario de la ciudad.

Hay otra pregunta: ¿Por qué mientras otros comerciantes extranjeros cierran sus negocios y quieren volver a su país, los chinos no paran de abrir locales? Muy sencillo: Es un problema de carácter. Son gente muy trabajadora, que no conocen los horarios, amables y serviciales y con un espíritu tremendamente emprendedor. Sobre el trabajo gira la familia, tienen ganas de trabajar y, desde luego, cuentan con mucho dinero, labrado al más puro estilo de las hormigas. La cultura que tienen en el trabajo y el expansionismo es su forma de vida.