Un palo cortado de cien años y 21.000 euros para abrir boca
Bodegas Urium comparte su gran tesoro, un vino del que sólo sacan 15 botellas al año y que se presenta en botella y estuche de lujo
Vinoble es como un gran joyero en el que caben grandes tesoros y bisutería. Las segundas hay que evitarlas, las primeras, compartirlas. Esto, precisamente, fue lo que decidió ayer hacer la bodega jerezana Urium con un palo cortado centenario, ‘Gran Señor’, que se comercializa a la friolera de 21.000 euros la botella, un precio inalcanzable para la mayoría para un vino que, en palabras del comisario del Salón, Pancho Campo, es indescriptible.
Los privilegiados que ayer pudieron degustar este palo cortado en la carpa del patio de San Fernando tuvieron la misma sensación que Campo, que poco después del acontecimiento no tenía palabras para explicar la “emoción” que sintió al descorchar la botella, “un lujo al alcance de pocos, un motivo de celebración, pese a los tiempos que corren en los que puede parecer impropio, pero Vinoble es así”.
El comisario se mostró muy satisfecho del desarrollo del Salón cuando apenas se habían consumido unas horas de la séptima edición, que tras la inauguración prosiguió con la cata de los Tokaj húngaros en la Mezquita y con el descorche del palo cortado centenario, un vino que la bodega guarda como oro en paño y del que únicamente salen 15 botellas al año.
“Si se cumplen las previsiones, este año y el siguiente ya tenemos todas las botellas vendidas”, señala Alonso Ruiz, propietario de esta bodega familiar, de las últimas que han visto la luz en la Denominación de Origen del jerez, quien explica que “hemos querido hacerle un pedestal a este vino, que se presenta en estuche de plata de cuatro kilos de peso y se embotella en cristal de reyes, un cristal único, que no es de vidrio sino de una aleación que no tiene plocmo y que lleva incrustadas láminas de oro”
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