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Elaboran un estudio sobre las ventajas para la salud del emparrado urbano en Jerez

El doctor en Medicina e investigador de CIBERES Instituto de Salud Carlos III, Francisco Valenzuela, asegura que esta iniciativa supone una reducción de gran parte de la radiación lumínica directa, un importante descenso de la temperatura y mitiga el efecto del calor urbano de los edificios y el suelo

Don Juan se sumará a las calles emparradas de Jerez

Calle totalmente emparrada de una bodega de Jerez.
R. D.

24 de agosto 2025 - 06:45

La asociación 'Los Emparrados' se ha empeñado, entre otros objetivos, en favorecer la salud de sus habitantes y de sus visitantes a la vez que mejorar la estética de la ciudad con la iniciativa de emparrar las calles del centro histórico, y dar la sombra más eficiente los días de calor, recuperando una antigua tradición jerezana.

Jerez aún mantiene su estructura antigua con calles sinuosas de la medina almohade con monumentales edificios góticos-mudéjares-renacentistas posteriores y cascos de bodegas decimonónicos, estos muy mal conservados pero por suerte recuperables. 'Los emparrados' han elegido, como modelo de inspiración, calles ya existentes en recintos bodegueros conocidos y admirados en el mundo, con un tipo de parra (Vitis Riparia) sin injertar que no da fruto, resistente a plagas, que no atrae a insectos, de poco mantenimiento, de crecimiento rápido, de raíz vertical ideal para nuestro suelo calizo y riqueza de capa freática de nuestro subsuelo urbano y además no deteriora el acerado.

El exceso de temperatura, la humedad relativa y la radiación lumínica (radiación UV) son factores ambientales que, al estar combinados o en niveles elevados, pueden tener un impacto significativo en la salud humana, por efecto directo o alterando la respuesta fisiológica humana al exceso de temperatura.

Emparrado de la calle Cadenas.

El Instituto de Salud Carlos III ha atribuido un total de 1.180 fallecimientos a las olas de calor en el periodo comprendido entre el 16 de mayo y el 13 de julio de 2025. Esta cifra representa un aumento de más del 1.300% respecto al mismo periodo de 2024, en el que se registraron 114 muertes. Además, en la primera semana del mes de julio, los fallecimientos atribuibles al calor aumentaron un 47% respecto al global del mes de junio, lo que revela una tendencia ascendente en los impactos sobre la salud.

El cuerpo humano responde al estrés por calor de dos maneras principales: redistribuyendo el flujo sanguíneo hacia la piel (vasodilatación) para mejorar la transferencia de calor de los músculos a la piel y posteriormente al medio ambiente, y secretando sudor sobre la piel, que posteriormente se evapora y elimina el calor corporal. El cerebro regula las respuestas fisiológicas de pérdida de calor a través del hipotálamo. Estas respuestas requieren el sobre esfuerzo cardiaco para redistribuir el flujo sanguíneo. Esta exigencia cardiaca es la responsable de que los estudios muestren claramente que las enfermedades cardiovasculares de todas las etiologías sean la principal causa de muerte durante las olas de calor. El abuso del alcohol, los medicamentos comúnmente recetados como los anticolinérgicos, los antidepresivos, los opiáceos, los diuréticos, los antihistamínicos, algunos antihipertensivos, los relajantes musculares, los antiparkinsonianos, así como, los narcóticos ilegales como la cocaína, pueden comprometer la respuesta fisiológica de pérdida de calor.

La exposición al sol puede causar daños agudos o crónicos en la salud dependiendo de la duración y la intensidad de la exposición. La prevención y su control son fundamentales en ambientes laborales y en la vida cotidiana para reducir los riesgos asociados. Para la salud humana, lo ideal es mantener la humedad relativa entre 40% y 60%, fuera de este rango existen perjuicios para la salud. Cifras superiores impiden que el sudor se evapore correctamente, lo que reduce la capacidad del cuerpo para enfriarse, aumentando el riesgo de golpe de calor. También el sobre crecimiento de hongos y bacterias, puede agravar problemas respiratorios como el asma o las alergias.

Según el doctor en Medicina, especialista en Medicina Intensiva e investigador de CIBERES Instituto de Salud Carlos III, y miembro de la Asociación 'Los Emparrados" de Jerez, Francisco Valenzuela Sánchez, y autor del estudio 'Ventajas para la salud del emparrado urbano en Jerez', "el exceso de radiación UV es muy preocupante porque, además de las quemaduras cutáneas, el envejecimiento de la piel y el posible efecto cancerígeno a medio y largo plazo, la exposición a la radiación UV puede causar daños oculares como conjuntivitis, cataratas y degeneración macular, que pueden llevar a la ceguera".

Vista desde abajo del emparrado de una bodega jerezana.

El aire acondicionado está destinado a convertirse en la estrategia de reducción de calor más ampliamente adoptada en todo el mundo. Sin embargo, es costoso económicamente y ambientalmente es responsable de importante cantidad de emisión de CO₂, y deja a muchas personas indefensas ante el calor extremo durante los cortes de energía por sobrecarga del sistema eléctrico. El aumento en el uso del aire acondicionado intensifica las emisiones de calor al clima urbano en una espiral de retroalimentación positiva. "Se pueden adoptar soluciones de refrigeración eficaces a nivel individual, incluso en entornos de bajos recursos, que son más sostenibles que el aire acondicionado, y se centran en favorecer los mecanismos fisiológicos de enfriar al sujeto en lugar de enfriar el entorno circundante", añade.

Estrategias a nivel paisajístico y urbano

Las estrategias a nivel paisajístico y urbano pueden aumentar en gran medida la capacidad de adaptación de la población al clima cálido y al calor extremo. El entorno construido se refiere a edificios, calles, espacios urbanos abiertos e infraestructura. "La urbanización transforma el microclima superficial al modificar los procesos radiactivos, térmicos, de humedad y aerodinámicos. La consecuencia del desarrollo urbano es la isla de calor urbana, que resulta en que las ciudades sean, en promedio, más cálidas que los paisajes rurales adyacentes. La isla de calor urbana se amplifica por la noche cuando el calor diurno almacenado se emite y se intensifica con el aumento del tamaño de la ciudad y la densidad de población", explica. Las temperaturas urbanas se ven incrementadas por el calor antropogénico del transporte de vehículos, los aparatos de aire acondicionado, el calor emitido por el asfalto y el desperdicio de energía de los edificios y, mínimamente, por el calor metabólico humano.

Cuando en la exposición solar estos tres factores se combinan (temperatura, humedad relativa y radiación), el riesgo de sufrir daños a la salud aumenta significativamente. Un día caluroso y húmedo con alta radiación solar puede poner a las personas en riesgo de quemaduras solares, deshidratación y golpe de calor más rápidamente. Las medidas a implementar serán: hidratación constante, no esperar a tener sed para beber agua; evitar actividades físicas intensas durante las horas de calor y humedad altas; vestir adecuadamente: usar ropa ligera, protectora y transpirable; usar gafas de sol y sobre todo buscar sombra.

Recreación por el artista Juan Ángel González de la Calle del emparrado de la calle Florinda.

"La sombra vegetal -asegura Valenzuela- es la mejor opción, ya que además del descenso de 6 a 10 grados de la temperatura, en áreas con buena cobertura vegetal, la sensación térmica puede ser hasta 15 grados menor que en espacios sin sombra. En Jerez, un día caluroso de más de 38 °C la humedad relativa es baja en torno al 20-40% con un ambiente bastante cálido y seco. Si la sombra es proporcionada por árboles o plantas trepadoras, el efecto de la transpiración (liberación de vapor de agua por las plantas) incrementa la humedad local en la sombra, haciendo que la sensación térmica en esas áreas sea más confortable".

La sombra también puede afectar la circulación del aire, creando áreas de mayor calma donde el viento es más débil. Esto puede hacer que la temperatura se perciba más estancada o menos fresca que en zonas expuestas al viento. "Sin embargo, en las marquesinas y emparrados de las calles se deja el espacio abierto para que corra el aire, tan importante en la ciudad de Jerez, donde la brisa del mar y el viento de poniente favorece la sensación térmica agradable"

"En entornos urbanos, donde los edificios y el asfalto absorben y reflejan calor, la sombra vegetal ayuda a reducir el almacenamiento de calor durante el día y disminuir la temperatura ambiente general, sobre todo de noche. La llamada infraestructura verde, como la vegetación con respecto a la calle, en los tejados o en las fachadas de los edificios, modera los microclimas urbanos a través de la transpiración de las hojas, la evaporación de la humedad del suelo y la sombra".

En definitiva, Valenzuela concluye que el emparrado de las calles de Jerez supondría una "reducción de gran parte de la radiación lumínica directa, un importante descenso de la temperatura y de la sensación térmica, un aumento de la humedad relativa por el efecto de la evaporación y transpiración de las hojas de parra, permite las corrientes de aire y mitiga en parte el efecto del calor urbano de los edificios y el suelo".

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