La escasez de precipitaciones en este 2019 empieza a preocupar a la ciudadanía (que mira con recelo a los pantanos), y especialmente a los agricultores y ganaderos, que desde hace meses hablan de sequía severa en la campiña jerezana. Los embalses de la cuenca del Guadalete empiezan ya a sentir la falta de agua, y en algunos casos, como el del pantano de Guadalcacín (el de mayor capacidad de todos con 800 hectómetros cúbicos), han bajado ya a la mitad, con casi cien litros menos que a estas alturas del año de 2018.

En cifras, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en lo que llevamos de 2019 se han recogido 105 litros, es decir, el segundo peor registro desde que se tienen datos en la estación meteorológica del Aeropuerto de Jerez (1946). Esta situación no se producía desde 1958 cuando, habían caído en Jerez a estas alturas de año un total de 100,6 litros, la peor cifra del histórico. Paradógicamente, y como dato curioso, hay que resaltar que ese mismo año, 1958, finalizó con nada menos que 503 litros, con un mes de diciembre especialmente lluvioso.

Otros años secos en este mismo baremo (desde el 1 de enero hasta 10 de octubre) fueron 1953, con 124 litros; 1983, con 154 litros; 1951, con 156 litros; Y 1990, cuando se registraron a estas alturas 162 litros.

El déficit de agua se viene arrastrando desde diciembre cuando cayeron sólo 10 litros

Para entender la falta de precipitaciones no hay nada más que comparar la media de las dos últimas décadas desde el 1 de enero al 10 de octubre (el día de ayer), que se sitúa en unos 320 litros al año, por lo que actualmente existe un déficit de más de doscientos litros.

Esta circunstancia nada tiene que ver con la de 2018, cuando a estas alturas del año habían caído 452 litros, una cantidad, no obstante, mucho más alta de lo habitual, merced a un mes de marzo histórico, con 257 litros, el más lluvioso desde 1946. Sí que se asemejan más a la realidad las de 2017, con 218 litros; o las de 2016, con 276 litros, ambas acordes con la media.

Esta precariedad de agua se viene arrastrando desde diciembre de 2018, mes en el que sólo cayeron en la ciudad 10 litros por metro cuadrado, cuando la media habitual en dicho mes es de 109 litros. Las malas cifras continuaron en el primer trimestre del año cuando en Jerez se habían registrado 192 litros menos que durante el mismo periodo en 2018, es decir, en enero, febrero y marzo sólo se recogieron 49 litros.

Tampoco fue especialmente productivo el mes de abril, con 48,5 litros (menos que la media, que suele estar en 56), y a partir de mayo, sequía absoluta. Es más, desde mayo a hoy, el número de litros recogidos la estación meteorológica del Aeropuerto de Jerez no supera los 9,3 litros.

Aunque sí es cierto que en este periodo (1 de mayo al 10 de octubre) las precipitaciones suelen ser en Jerez bastante variables, la necesidad de agua se observa comparándola con años anteriores. Para hacernos una idea, en 2018, cayeron 14,4 litros, pero en los dos años previos, 2017 y 2016, habían caído en Jerez en este mismo periodo 66,2 y 143 litros, respectivamente, o sea, cantidades muy alejadas de lo que se ha recogido hasta el momento.

De momento, las previsiones de lluvia no son demasiado halagüeñas, al menos en los partes de la mayoría de las webs especializadas, que auguran posibles precipitaciones para el próximo lunes (un 65% según Aemet) y algo menos el lunes y el martes, con 35% y 20%, respectivamente. Pero más allá de ello, pocas novedades en lo que lluvias se refiere.

Si analizamos los últimos años, octubre ha sido un mes especialmente lluvioso. Sin ir más lejos, el pasado año cayeron 83 litros, según la estación de Aemet en el Aeropuerto, mientras que en 2017 se registraron 111 litros; una cifra similar a la de 2016, con 117. En 2015, por su parte, se alcanzaron los 67 litros.

En noviembre, por su parte, las precipitaciones en Jerez, siempre siguiendo las mismas fuentes, fueron en 2017 de 37 litros por metro cuadrado, en 2016, de 98 litros por metro cuadrado y en 2015, de 33,4 litros.

Menos consistente en cuanto a lluvias han sido los últimos diciembres, ya que al escaso bagaje del año pasado, con sólo 10 litros recogidos, hay que recordar los 31 registrados en 2017, los 63 que se dieron un año antes, en 2016 y los 18, en 2015.