¿Es el libro un producto para hoy?

15 de abril 2008 - 01:00

A una semana del Día del Libro y en plena Feria del Libro en casi toda España, podríamos preguntarnos (porque en otra fecha nos podría dar miedo al no estar arropado por estos eventos) si el libro, hoy por hoy, es un producto competente y competitivo de cara a niños y jóvenes.

La competencia del libro es patente, si así no lo fuera "apaga y vámonos". Es patente porque hablamos de leer que es usar el lenguaje y por ello es usar el pensamiento; es imaginar y dar posibilidades a las emociones; es ponerse en otros lugares y con otras perspectivas, haciéndonos más completos y tolerantes; es divertirnos, o pasar miedo, o estar intrigados,… a voluntad; según qué libros y qué momentos, es aprender, o consultar, encontrar respuestas, solucionar una cuestión,… El libro es competente porque es el soporte en el que ahora mismo están todas esas posibilidades de la lectura.

Distinto es que no se considere necesario leer porque todas sus virtudes se pueden cubrir por otras vías y entonces los libros sólo se usarían para decorar muebles (que hay quienes practican este deporte). Pero para quienes nos encontramos en este artículo, sin duda, la lectura es un práctico, necesario, emotivo, cotidiano, apetitoso, gozoso y productivo ejercicio.

Pero, lo que es el libro, ¿tendría que adaptarse a las nuevas corrientes tecnológicas para ser un producto competitivo? De cara a los jóvenes, inmersos en un mercado donde parece que todo ha de tener batería y botones para ser válido, ¿necesitaría el libro entrar en ese mundo para conquistarles?

Lo cierto es que ya tiene algunos años aquel invento del "e-book", el libro electrónico a modo del DVD portátil cuya pantalla nos presentaba las páginas que iban cambiando conforme las leíamos y "pasábamos" dándole al botón de avance. También está, hace mucho, la posibilidad de leer libros por internet en la pantalla del ordenador, o comprar el mismo texto que ofrece un libro en un CD para ese mismo soporte. Pero no por ello ha aumentado el nivel de lectores entre quienes no leían ni ha bajado la venta de libros para uso y disfrute de quienes sí lo hacemos.

Claramente no es el tipo de soporte el que puede poner en peligro la lectura, no son los móviles, mp-3 ó 4, videoconsolas, etc., no es la necesidad de que exista una pantalla para que algo sea interesante. El peligro puede estar en que la lectura y los libros se deje para ser promocionados sólo por las escuelas y se siga dejando a un lado la responsabilidad social y familiar de formar a los individuos y poner en sus manos todo lo que pudiera servirles para construir su personalidad.

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