"En mis libros doy los secretos que los belenistas tradicionales no comparten"

Natal de Punta Umbría (Huelva) y actualmente residente en Sanlúcar, Manuel Ortega Rodríguez confiesa que en su casa "nunca existió la tradición de poner un belén". Sorprendente afirmación teniendo en cuenta que en su currículum constan ya tres libros dedicados a la elaboración de Nacimientos, uno de ellos traducido al italiano. Y eso sin contar las innumerables conferencias que ha dado a lo ancho y largo del país ofreciendo su experiencia en este terreno.

-¿Cómo surge el gusto por el belén sin haber previa tradición familiar?

-La llama se encendió allá por 1996, año que se celebró un Congreso Nacional Belenista en Jerez. Un amigo me invitó a ver un belén monumental, y me encantó el trabajo artesanal que había que desarrollar para llevar algo así a cabo. Estudié diseño gráfico y el mundo de las manualidades me interesó desde siempre.

-¿Cuándo tomó contacto con la Asociación de Belenistas?

-En 2001 empecé siendo alumno, al año siguiente ya era monitor.

-¿En qué momento decide publicar su primer libro, 'Manual práctico de Belenes'?

-Surgió de una forma natural. Para dar clases en la Asociación de Belenistas me ayudaba de proyecciones en power-point. Me imprimí las diapositivas para hacer el seguimiento en clase y me pareció una idea bastante buena que la gente también pudiera usar esos impresos como un futuro referente. Me dirigí a la editorial AE a pedir presupuesto y mi sorpresa fue cuando les gustó tanto la idea que decidieron patrocinar el manual.

-¿Qué se sintió al ver su obra en sitios destacados en las librerías?

-Siempre dicen que para ser feliz en esta vida hay que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. A día de hoy me queda lo más fácil, plantar el árbol. Me sentí realizado. Y ese orgullo se intensificó aún más cuando el manual fue traducido al italiano.

-Desde entonces, no ha parado en este mundo.

-La editorial estaba tan contenta con el resultado que decidimos poner en marcha una revista trimestral. Actualmente va por su 36ª edición y cuenta con más de 4.500 suscriptores.

-El año pasado publicó un título que no iba dedicado a la construcción de belenes.

-Indirectamente sí. Se llama 'Vida cotidiana en tiempos de Jesús' y es una selección de etnografías que se publicaban en la revista. Mi intención es que estas láminas sirvan de inspiración para la fabricación de Nacimientos, ya que muestran escenas cotidianas de la época. Se trata además, del primer trabajo de una trilogía, donde la segunda entrega es el libro que presento este año, 'Construye y monta tu propio belén'".

-¿Qué diferencia hay entre este nuevo título y su primer manual práctico?

-Básicamente intentamos dar salida a las dudas y problemas surgidos por las personas que montan belenes. Si algo tiene malo este mundo, es que los belenistas suelen ser muy recelosos con sus técnicas, porque son heredadas y parecen un tesoro. Yo en mi libro explico esos secretos minuciosamente y sin tapujos.

-¿No se ha llevado críticas por ello?

-Alguna ha caído. Me marcó mucho un comentario que nos hizo una mujer a un compañero y a mí: "El día que os muráis, vuestros secretos se irán a la tumba con vosotros". Creo que aporto más al mundo dando a conocer estos secretos.

-¿Cómo explica su éxito en este sector?

-Creo firmemente que el que da primero, da dos veces. Este era un terreno sin tratar, con alguna que otra publicación, pero con informaciones muy diversificadas y sin dar detalles. Creo que hemos cubierto una necesidad, aunque aún hay que cambiar la mentalidad de la gente de a pie.

-¿A qué se refiere?

-A que la gente, cuando le cuentas que construyes belenes y los expones, se piensan que pones cuatro figuritas y un árbol. España no se da cuenta del filón cultural que supone el mundo del belenismo y lo bien que podría aprovecharse. Fácilmente se podrían hacer una ruta turística de belenes. El Ayuntamiento no sabe la cantidad de beneficios que aportaría a una ciudad como Jerez.

-¿Algún nuevo proyecto en mente?

-Hace nada hemos registrado la empresa Factoría del Belén, que va a reunir a la edición de los libros, las exposiciones, la creación audiovisual y la fabricación de elementos. Al ser belenista y moverme en este mundo, me doy cuenta de las carencias que presenta y así vamos por delante de las necesidades que se plantean en el proceso.