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Mucho más que tres lunares

  • La madrileña Samanta García Marinkovic publica un cuento sobre la diversidad

  • Es pareja de un jerezano que trabaja en Secretariado Gitano, Fundación por la que se conocieron

Portada del cuento ‘Tres lunares’ de Samanta García, con ilustraciones de Elena de la Paz.

Portada del cuento ‘Tres lunares’ de Samanta García, con ilustraciones de Elena de la Paz.

Manuel y Samanta, juntos en Madrid. Manuel y Samanta, juntos en Madrid.

Manuel y Samanta, juntos en Madrid.

Norma tiene tres lunares en la planta del pie. Son invisibles a los demás, pero los comentarios despectivos que escucha sobre los lunares de otros compañeros le hacen pensar que es diferente. Hasta que entiende que estos tres lunares no la hacen ni mejor ni peor, sino que la hacen ella misma, forman parte de ella. Le  dan valor. 

Samanta García Marinkovic y Manuel Vargas García se conocieron en Madrid en un encuentro de jóvenes organizado por la Fundación Secretariado Gitano. Tuvieron una relación a distancia hasta que se marcharon a vivir juntos a Cuenca hace un año. Ella trabaja en una academia de formación y él, en el propio Secretariado donde además es un referente. Les unió la sangre, se podría decir, sus orígenes, apellidos gitanos. El padre de Manuel es gitano, jerezano y regenta un bar en Divina Pastora, el popular Casa Vargas.  

Samanta nació en Madrid, aunque se crió en Valladolid donde estudió Arte Dramático. Es gitana por parte de padre y madre, con antepasados de la Europa del Este, gitanos que llegaron a España con su circo y una máquina de cine, con la que iban por los pueblos cada verano. Una tradición que se fue perdiendo y sólo una tía de Samanta es hoy feriante. Una familia de artistas de distintos ámbitos que ha calado en la joven y que le ha llevado a la dramaturgia para escribir teatro. 

El origen del cuento sobre Norma, ‘Tres lunares’ (Editorial Mr. Momo) está en un taller que hizo Samanta sobre innovación educativa para trabajar con los niños las funciones ejecutivas a través de las artes escénicas. “Quería trabajar sobre la identidad y la diversidad y una de las herramientas para ello eran los cuentos infantiles. Decidí llevarlo a cabo con mis alumnos de prácticas  a través de un cuento escrito por mí. Hablé con la editorial y con la ilustradora Elena de la Paz. Les gustó el proyecto, a mí el contrato que me ofrecieron y nos ha ido muy bien”, cuenta la autora.

El valor de defender nuestra propia identidad es otro de los objetivos de este cuento. “A mí me ha pasado a veces que no me atrevía a decir en un grupo nuevo que era gitana cuando se hacía un comentario al respecto. Pero me di cuenta de que el problema no lo tenía yo, sino que es parte de mí, es algo normal. También quiero reflejar cómo la gente esta cada vez más concienciada de ello, de la diversidad”.  

Samanta ya ha visitado Jerez en varias ocasiones y considera que ser gitano aquí “es natural, está más normalizado, porque parece que cuesta más decirlo en Valladolid que en Jerez, como si estuviera peor visto, cuando en realidad no somos tan distintos de una ciudad a otra. Pero bueno, gente increíble hay en todas partes y mis amigos de Valladolid son estupendos”.

Ser gitana –añade– es una de las maneras de ser de ‘Tres lunares’, que abarca muchas más diversidades vengas de donde vengas”. 

A Samanta le gustaría seguir escribiendo teatro y acaba de terminar un taller con ‘La Joven’ Compañía. Y este año empieza además a estudiar Publicidad y Marketing. ‘Tres lunares’ es su primer cuento, y no el último porque, como dice, “los libros ilustrados ayudan mucho a los niños, tanto a empezar a leer como a cuestionarse cosas”. ‘Tres lunares’ se puede comprar en librerías, en El Corte Inglés bajo demanda y en Amazon. 

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