El acontecimiento del pasado lunes en La Liberación pilló por sorpresa a todos los vecinos del barrio. Reunidos en torno a la puerta de la casa del matrimonio, varios residentes de casas cercanas comentaban su estado de shock con los medios de comunicación congregados por los hechos ocurridos el pasado lunes, mientras técnicos de Aguas de Jerez realizaba las actuaciones pertinentes de limpieza de la sangre en la vía pública.

Jaime Rodríguez comentaba a este medio que "nos hemos llevado toda la noche sin conciliar el sueño. Hay parejas que ves discutir con frecuencia en el barrio, pero ellos no eran de esos. Cuando escuché los ruidos y el murmullo de la gente pasando lo último que me podía imaginar es que me la iba a encontrar en el suelo llena de sangre. Creíamos que habían sido niños jugando a la pelota los causantes de los golpes".

Emilio Báez explicaba que "durante los 38 años que hemos sido vecinos los hemos visto como un matrimonio ejemplar. No los oíamos discutir e iban de la mano a todos sitios. Pero como se suele decir, nunca se sabe lo ocurre dentro de casa".

Aunque bien es cierto que aunque no presenciaron ni oyeron ninguna bronca entre los cónyuges, algunos residentes de la zona tenían la sospecha de que estaban a punto de divorciarse. Luisa Güiza, la madre de los niños que se encontraron a Isabel pidiendo auxilio, contaba cómo "creíamos que estaban a punto de separarse. Por lo visto tenían sus problemas de puertas adentro. Nos enteramos hace un tiempo que ella le había amenazado un par de veces con irse de casa, pero nunca había dado el paso. Cuando vimos que pusieron la casa en venta, los rumores crecieron, pero nunca nos imaginamos que podrían llegar a este extremo".