Las primeras verbenas de Santiago
Jerez, tiempos pasados Historias, curiosidades, recuerdos y anécdotas
En las primeras verbenas que se hicieron en el barrio de Santiago se dieron a conocer como artistas flamencos, Juanita la del Pipa, María Vargas y el Niño de la Berza
RECUERDO que la primera verbena que se celebró en el barrio de Santiago debió ser allá por los primeros años cincuenta del pasado siglo o finales de los cuarenta. Se hizo un paseo entre las calles Ancha y la de la Merced, instalándose muchos puestos y algunas, muy pocas, atracciones. En la plazoleta de Mirabal, se montó un tablao, y allí nos correspondió, a nosotros, celebrar una gratísima fiesta flamenca de la que recuerdo que sirvió de trampolín para descubrir a dos grandes artistas del cante: la jerezana Juanita la del Pipa y la sanluqueña María Vargas, todavía casi niñas ambas.
Era por estas fechas y el barrio se animó bastante. Sobre todo por las noches. En la comisión organizadora estaba conmigo, entre otros vecinos, José María Guerrero, dueño del nuevo bar ‘Goya’, en cuya casa de la calle Ancha celebramos varias reuniones para la organización del evento. El año anterior sería cuando se montó otro tablao en el mismísimo arco de Santiago, donde ahora está el busto de Terremoto, en el que también se descubrió a otro joven cantaor; un niño llamado Sebastián Acevedo Flores, al que allí mismo yo bautizaría con el nombre artístico de Niño de la Berza.
Era un concurso de cante, en el que iba como presidente del jurado el viejo Tío Manuel Parrilla y al que se presentaron numerosos jóvenes concursantes.
Pero el tablao que tuvo más éxito sería el de la plazoleta de Mirabal, en el que además de Juanita bailaron sus padres Tía Juana la del Pipa y su marido Joselito Buzi, Rafaelito Paulera, El Torrito y Ana María González; cantaron Fernando Gálvez, Pepe Lara y El Niño de la Berza; tocando la guitarra Pepe Ortega y José Luis Balao.
En las reuniones del interior del bar ‘Goya’, escucharía cantar en ambas ocasiones a otro gran cantaor, toda una figura del cante de entonce, al que llamaban El Batato, que cantaba como los propios ángeles, y al que todavía no se le ha hecho la justicia que su arte se merecía.
Las primeras verbenas de Santiago, bien pocas en verdad, dieron paso al olvido y dejarían de hacerse. No así la más célebre de todas las verbenas jerezanas, la de la Hispanidad, que era mejor que muchas ferias de pueblo; junto a la de San Dionisio, que tenía por marco los alrededores del templo del patrón de la ciudad. Pero la verbena de Santiago desapareció y se ha llevado muchísimos años sin que nadie se acordara de ella, hasta que ahora parece querer resurgir de sus cenizas, con el nombre de velá y recuperando su primitivo sabor flamenco. Aunque limitándola tan solo al único escenario de la terraza del antiguo cine Astoria.
Ojalá que la nueva Velá de Santiago tome todo el auge que se le quiere dar, en las manos de sus organizadores los hermanos del Prendimiento, a quienes deseamos todo lo mejor, para futuras ediciones.
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