La Junta de Andalucía es la encargada de la gestión de los Bienes de Interés Cultural, la que aporta una lista cerrada de elementos patrimoniales que merecen protección. En Jerez son BIC las zambombas, por ejemplo, pero también inmuebles de gran valor. Uno de ellos es la Cartuja de Santa María de la Defensión, de cinco siglos, construida a las afueras y concebida donde tuvo lugar la Batalla del Salado allá en tiempos de la Reconquista. A finales de 2016 se iniciaba una nueva etapa del templo, del que es titular Patrimonio Nacional pero que está cedido a la Iglesia. Por primera vez se abría al público para que los jerezanos pudieran conocer una de las grandes joyas de las que sentirse orgullosos. Entonces, se explicó que existía un acuerdo por el que se establecían visitas gratuitas por encima de lo que la ley marca para la modalidad BIC. Se establecieron además horarios en los que se podrían visitar muchas de las zonas que hasta ahora habían sido lugar propio de las personas que estaban allí en clausura, los cartujos hasta comienzos del presente milenio, las monjas de Belén, inquilinas desde entonces.

En concreto, el itinerario cerrado entre las 10 y las 14 horas cada día para visitas individuales y gratuitas alcanzaba los siguientes puntos: la Cruz de los Caminantes, la portada de ingreso al monasterio, el claustro de San Bruno, la Capilla de los Caminantes, el compás de la iglesia, la fachada y su interior, el coro, la nave, el retablo, la Cripta de la Adoración, el museo y la exposición de artesanía monástica. Así lo comunicaba hace menos de dos meses la por entonces delegada territorial de Cultura de la Junta en Cádiz, Remedios Palma (desde la semana pasada, titular de Educación), que contestaba a Podemos por sus quejas respecto a que la Cartuja, según la formación, no se podía visitar: "Aprobamos un régimen de visitas después de muchos años en los que ha estado cerrado al público, y lo hacemos con una gratuidad mayor de lo que la ley obliga, que serían cuatro días al mes, mientras que actualmente se abre cinco a la semana".

Cultura aseguraba hace dos meses que se podía acceder entre las 10 y las 14 horas

Sin embargo, al acudir allí, se comprueba que existe cierto 'descontrol' en cuanto a las visitas. Lo hacemos acudiendo directamente como unos turistas más, alrededor de la 1 de la tarde de un día cualquiera de la semana. Y la iglesia está cerrada, por lo que apenas se puede ver la Capilla de los Caminantes y la exposición. Allí se nos informa con muchísima amabilidad que la entrada a la iglesia es libre, que allí se celebran oficios desde las siete de la mañana hasta las doce y media y que no han recibido otra instrucción.

Desde la Junta de Andalucía cuentan que desconocen si se está produciendo un incumplimiento de los horarios. Más que permanecer cerrada incumpliendo los acuerdos, lo que ocurre es que son otras las horas a las que se puede visitar respecto a las que se hicieron públicas en su día. Esto lo padecen los pequeños grupos de turistas (italianos, alemanes o españoles el día de la elaboración de este reportaje) que se encontraron con la imposibilidad de acceder al interior de esta joya arquitectónica.

"Se van a iniciar diligencias informativas con el Obispado de Jerez, para comprobar que se está cumpliendo, al menos lo exigido en el art. 14.3 de la Ley 14/2007 de Patrimonio Histórico de Andalucía, en el que se dice "que la visita a los BIC será pública y gratuita al menos cuatro días al mes en días y horas previamente señalados". La delegación, no obstante, no tiene constancia oficial de ninguna queja oficial por el horario. Se ha enterado por la consulta de Diario de Jerez", cuentan desde la delegación de Cultura, preguntada al respecto.

En internet apenas se puede encontrar información para realizar las visitas a la Cartuja. Apenas aparecen un par de números de teléfono (de la Junta y del Ayuntamiento) para gestionarlas, pero nada de horarios públicos. Todo queda en la puerta de la iglesia, donde se informa de la apertura para oficios religiosos. El asunto es complejo, toda vez que, como recordaba Palma, "allí se encuentran en clausura las monjas y las visitas se organizan tratando de interferir lo menos posible en la vida monacal". Varias estancias siguen siendo exclusivas para ellas. Se está abriendo además la posibilidad de reservar habitaciones para estancias destinadas a la reflexión de todo aquel que lo desee. Se ha tardado casi cinco siglos en que la Cartuja se convierta en un espacio mucho más abierto y ya lo es. Sólo que los horarios no son los que se dijeron que serían.