Una vuelta más
Jesús Benítez
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El Rebusco
EN 1900 la Sociedad de Artes Gráficas de Jerez, con el apoyo municipal, comisionó a dos de sus miembros, José Téllez Fernández y a Miguel Ruiz del Castillo, para asistir a la Exposición Universal de París. La razón para tal viaje era estudiar los adelantos de dichas artes, que en ese momento estaba en pleno auge en los países europeos más industrializados.
A su regreso redactaron un informe que vería la luz al año siguiente, impreso en la imprenta Crespo Hermanos, y que se conserva en el Archivo Municipal de Jerez.
Diez años más tarde, la revista de tirada nacional, Nuevo Mundo, publicaba un amplio artículo de una página titulado Las artes gráficas en Jerez, dedicado a la empresa Litografía Jerezana. Una imprenta que funcionaba desde 1899.
El archivo Municipal de Jerez guarda una variedad de documentos relacionados con las imprentas y las litografías existentes en la ciudad, como una relación de las mismas del año 1867, así como un censo por profesiones de 1936 donde se relacionan los nombres de 107 litógrafos.
La historia de las artes gráficas en Jerez está por hacer. Se frustró ese proyecto que inició Juan Luis Repeto Prieto, donde los apellidos Salido y Hurtado fueron claves en el desarrollo de esta actividad en la ciudad, que alcanzó su pleno apogeo con la creación de Jerez Industrial.
Como indica el profesor de la Universidad de Granada, Enrique López Marín: "A la Escuela de Artes y Oficios le va a corresponder en todo esto un papel destacado". En 1908 el Ayuntamiento solicitará al Gobierno la creación de una escuela de Artes Industriales, esta petición la justificaba ‘en primer lugar por su numerosísima población obrera, y en segundo lugar por la importancia de nuestras industrias’.
El Consistorio se comprometía a la instalación y sostenimiento del centro, que se situaría en un edificio legado por Luis Pernía de Terán en testamento otorgado el 3 de marzo de 1886, el antiguo Convento de la Victoria.
El Ministerio, finalmente, aprobaría el proyecto el 14 de octubre de 1910. La apertura del centro se celebró solemnemente un domingo de diciembre, declarándose abierto el curso 1911/1912’.
En sus instalaciones se formarían generaciones de jóvenes inquietos deseosos de formarse en el dibujo y las artes gráficas, algunos de ellos llegarían a impartir su docencia en las mismas aulas que ellos la recibieron: Ramón Fernández Lira, Juan Herrador, Manolo Cervera, Manolo Valle, Rafael Virués, Juan Montes Pina, José Bort Gutiérrez, José Benítez-Troya, Muñoz Cebrián, Francisco Mariscal, y muchos más.
Entre estos nombres hay que destacar el de Sebastián Moya González, más conocido con el nombre artístico de ‘Cachirulo’ -el apodo artístico de Cachirulo era con el que él mismo se daba a conocer, tomado de la tira cómica Pelopincho y Cachirula-, al que queremos recordar con esta breve semblanza, a manera de reconocimiento, como hemos hecho anteriormente con otros de sus compañeros del gremio.
Un sencillo tributo ahora que se acerca la celebración de su 92 cumpleaños. Toda una vida dedicada a su oficio. Felicidades.
El mismo Sebastián Moya comenta, con su personal sentido del humor, no exento de aceptada resignación, que a la hora de hacer las américas, allá por el año 1959 y recién casado con María Luisa Pagliery, el gobierno de Venezuela impidió su entradaal no alcanzar la estatura que exigía el departamento de inmigración, le faltaban dos centímetros. Esto le obligó a dirigir sus pasos a Brasil, donde no eran tan estrictos con estos requisitos.
Desde muy joven demostró su innata creatividad, provocando el asombro entre sus maestros y los mismos compañeros de clase. Él mismo se ha considerado un ‘pintamonos’.
Recordemos que en julio del 2020, en plena pandemia del covid-19, Acoje reeditó un popular cartel que la asociación lanzó a principios de los 80 para fomentar el consumo de los jerezanos en los comercios de cercanía.
Campaña que los comerciantes encargaron a la agencia Frontera Publicidad, y en la que intervino su director Gabriel González Ríos, y el que era en esos momentos el responsable de arte, Sebastián Moya.
La delegada municipal, presente en el acto de presentación del cartel dijo que "hemos querido darle de nuevo visibilidad a este trabajo. El mensaje de este cartel no tiene edad, no tiene temporalidad, puesto que es un mensaje que hoy también es muy importante: comprando en Jerez ayudamos a que la ciudad salga adelante".
Por su parte, la presidenta de la entidad, Nela García comentó que "el cartel lo publicamos en nuestras redes sociales en la noche del miércoles y en menos de 24 horas más de 10.000 personas lo habían visualizado".
Sebastián Moya recordó en la presentación que los comerciantes de Jerez encargaron la campaña a Frontera Publicidad, Gabriel González Ríos hizo el texto y yo la parte artística.
Para trazar la semblanza biográfica de Sebastián Moya, nacido en la jerezana calle Palomarel 8 de mayo de 1930, hemos recurrido a sus recuerdos personales cotejados por sus propias hijas, Ana y Carmen, que conservan mucho de los trabajos y documentos de su padre.
De otra parte, nos servirá de apoyo las líneas que le dedica el profesor Enrique León Marín en su artículo aparecido en la revista Diseño (vol. 14 de 2019): Mamelón, los artesanos gráficos del jerez.
Una vez finalizado sus estudios en La Salle-Buen Pastor completará su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez.
Sus primeras experiencias en el mundo laboral las lleva a cabo en la empresa de Justo Lara Garzón, ‘Ponito’, haciendo originales para productos promocionales.
Un tiempo después se incorpora a Jerez Industrial en el taller litográfico, en la realización de carteles y etiquetas. Allí conoce el trabajo sobre piedra, tanto con lápiz litográfico, como con plumilla y buril.
De forma independiente, Sebastián también trabaja con su amigo José Benítez-Troya, diseñador que posteriormente desarrollaría una interesante carrera en París, Bélgica y Holanda.
Pasa por ‘Dibujos Mamelón’ en su primera etapa, teniendo como colegas a Juan Montes Pina, Rafael Virués, Antonio Bravo, Pepe Franco y Manolo Valle (ver foto adjunta del grupo, de izquierda a derecha). De esta época son sus carteles de las ‘Fiestas típicas gaditanas’ de 1957,1958 y 1959, del Corpus en Cádiz, de 1958, así como portadas de libros y otros trabajos diversos.
Carteles que el cronista local, Rodrigo de Molina, reseña en dos artículos publicados por aquellos años con el título ‘Cartelistas jerezanos’.
A través de una oferta de amigos, intenta emigrar a Venezuela, situación que no consigue trasladándose poco después a Brasil. Si lo hará en cambio su paisano, amigo, y más tarde socio, Gabriel González Ríos (Jerez, 1930).
Su hija Carmen cuenta que ‘cuando llego a Brasil, no tenía trabajo, se fue a la aventura. Al poco tiempo de llegar se enteró de la convocatoria de un concurso de caricaturas por parte de una revista, famosa en toda Sudamérica. Decido compró papel, plumilla y tinta china, e hizo varias caricaturas de políticos sudamericanos con la que ganó el premio en competencia con todos los profesionales del país, y consiguió el trabajo con el que se ganó la vida en Brasil’.
Trabajaría como ilustrador para medios publicitarios, en el Diario O Globo, de São Paulo, y habitualmente con caricaturas en la revista Visão, de la misma ciudad. Tras tres años de experiencia americana, decide volver a la península. En principio a Madrid, los años 1962 a 1964, donde trabaja para las agencias Clarín y Alas.
Posteriormente marcha a Jerez y se integra, primero en Pro-Gra-Ma, y más tarde, a mediados de los años 70, en el equipo de Frontera Publicidad, empresa formada por antiguos compañeros de Mamelón y Pro-Gra-Ma, donde se jubilará en 1995.
En esta agencia de publicidad jerezana trabajaría como director de arte, junto con Gabriel González Ríos, director general, Pedro Carabante Medina, director creativo, Manuel Cervera Pérez, dibujo, Manuel Salado Argudo, dibujo, y Eugenio Camacho Plaza, fotografía, entre otros componentes del equipo.
Nunca dejó de realizar caricaturas, muchas de ellas realizadas para publicaciones de amigos, de los que cabe mencionar Retratos psicotécnicos de personajes jerezanos, 1984, Éteres, 1992, ambos de José María Castaño Rubiales. O bien su colaboración en el Periódico El Guadalete con su sección ‘Sombras Cachirulescas’.
Como indica León Marín: "En estas obras es donde destaca por sus dotes para la caricatura, en la sintetización de los rasgos de personajes de marcada expresividad y desenfado incluso en temas solemnes".
La lista de empresas que contaron con sus trabajos es amplia: Caja de Ahorros de Jerez, Ayuntamiento de Jerez, Club Nazaret, Diputación de Cádiz, Oficina Comarcal de Jerez de la Diputación de Cádiz, Central lechera La Merced, Real Tesoro, Banco Andalucía, bar Maypa, Hotel Los Cisnes, Hotel El cordobés, Hotel Colón, Real Tesoro, Inmobiliaria Ciudasur, Inmobiliaria Ceret, Acoje, Bodegas Real Tesoro, Lustau, Osborne y Serrano (esta última en La Mancha), Acoje, portadas de libros, etc.
Para conocer mejor la historia de la Escuela de Arte recomendamos el libro-catálogo ‘100 Taytantas Carpas’ (2010), y para abundar en el apartado de las artes gráficas de Jerez remito a mis artículos: Mamelón: los diseñadores de la imagen del Jerez (La Voz de Jerez, 28-8-2006), Las artes gráficas en Jerez (Diario de Jerez,8 de enero de 2018).
Indicar también que José Benitez-Troya (Jerez, 1934-Jerez, 2019), estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez, obteniendo premio por oposición y diploma. Junto con Sebastián Moya compartía un salón interior del antiguo bar La Fábrica, en calle Justicia, donde solían reunirse un grupo de jóvenes inquietos por el arte, la literatura, la música y el flamenco. Se denominaban Grupo Atalaya de Arte y Poesía.
El 21 de marzo de 1957, este grupo de jóvenes poetas y artistas organizaron de forma espontánea el primer homenaje a Shakespeare en la ciudad. Entre éstos estaban Manuel Pérez Celdrán, Esteban Pino Romero, Manuel Ríos Ruiz y Juan de la Plata, Sebastián Moya 'Cachirulo' y Pepe Benítez-Troya.
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