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La verdad

A la vuelta de la esquina

Francisco Reinoso

05 de octubre 2011 - 08:18

Cuando alguien realiza una afirmación dura, calumniosa sobre persona o institución, lo reafirma subrayando que la verdad duele. Las críticas se deben realizar con el fin de obtener la corrección de personas y colectivos. Pero muchas veces esa llamada ‘la verdad’, como única, y que se posee en su totalidad, es tan mentirosa, tan embustera, tan engañosa, que se lanza como piedra con el fin de destruir al contrario. En las empresas, en la política, en la religión, se afirman cosas que no resisten la más leve disección. Afirmar que los políticos son corruptos, que nos roban, que nos mienten perennemente; afirmar que los delegados sindicales son unos vagos, decir que la Iglesia Católica es pedófila, todas lanzadas con el fin de dañar, más que de corregir, no es verdad. El libelo es un escrito donde se insulta o denigra a una persona o cosa. La calumnia, la injuria, la infamia, son variaciones que no van acompañadas de demostración alguna.

Las anteriores dictaduras de Chile, España, se justificaron durante años haciendo de la mentira la verdad absoluta. Actualmente ciertos comentaristas tienen la libertad de calumniar sobre los sindicatos, la izquierda en general, o sobre la iglesia católica en su versión liberadora.

La lideresa Esperanza Aguirre, afirmó como verdad que los maestros de la comunidad de Madrid trabajan 20 horas y que esto es un agravio comparativo con el resto de los madrileños. No es verdad. Trabajan 37 y pico horas semanales como muchos españoles. Ha corregido. Pero ha seguido con otras mentiras: calumnia que algo queda.

Creo que Lenin dijo que la verdad es revolucionaria. Veinte siglos antes la polémica sobre la verdad queda reflejada en la biblia cristiana. Jesús le dice a sus seguidores, ¡extrapolando, eh!, “... la verdad os hará libres”.

Durante el juicio de Jesús ante Poncio Pilatos, cuando éste le pregunta si es rey y Jesús le responde. “... Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”. Pilatos le dijo: “¿Qué cosa es la verdad?”. Poncio no tenía ganas de discusión.

Se le atribuye a George Orwell, autor de ‘Rebelión en la Granja’, la frase: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”.

La verdad debe ser acompañada de argumentos que lleven a ella, porque decir las conclusiones ocultando el tránsito puede llevar a actos de la fe del carbonero. Expresar ‘mi verdad’ tiene sus límites legales y sapienciales. En el altar de la libertad de expresión se ofrecen sacrificios de mentiras como si fueran sacrificios a la verdad. ¿Es libertad de expresión calumniar, difamar?

Me decía un débil libertario, ante mi protesta por la intervención desaforada de una asistente a una asamblea: “Es que tiene libertad de expresión”. ¿Incluso para mentir?

“Y si no es verdad, que Dios me mande un castigo. Si me lo quiere mandar”. Eso digo yo.

Esquirla: Los desahucios de Caulina, Mesas del Corral, La Granja, no se ajustan al derecho a la protección familiar.

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