A finales de 201 BMW mostró con el Concept M un anticipo de como sería el modelo más potente de la marca jamás fabricado en serie, cuya producción arrancaría en los últimos meses de este año. Lo hacía en el salón Art Base de Miami, en tanto que estaba previsto que se fabricase en la planta de Spartanburg (EE.UU) al tratarse ese mercado el más importante para este modelo de altas prestaciones.
El XM estaría disponible únicamente en versión híbrida enchufable y como modelo M, pudiendo alcanzar una autonomía eléctrica de 80 km al combinar con su motor 4.4 V8 como del del Serie 7 un eléctrico de altas prestaciones: estará intercalado entre el motor de gasolina y la transmisión. La potencia estimada entre ambos era de 750 CV y el par máximo de 1.000 Nm.
Pasados apenas seis meses de ese primer demostrador, BMW desvela las primeras imágenes en acción de los prototipos del XM, si bien aún camuflado, a la vez que eleva a definitivas algunas de las cifras concernientes a este SUV, efectivamente, nacido como M. Es el caso del sistema de propulsión híbrido que tendrá una potencia, finalmente, de 650 CV y el par máximo de 800 Nm, empuje enviado al suelo a través del primer sistema de tracción a las cuatro ruedas M xDrive específico para híbridos. Contará con un bloqueo de diferencial electrónico en el eje trasero. Asimismo, en modo eléctrico podrá recorrer los 80 km anunciados inicialmente.
El BMW XM está equipado de serie con un tren de rodaje M Professional adaptativo, no con una suspensión neumática. Esto incluye también una versión específica muelles helicoidales y amortiguadores controlados electrónicamente, así como, por primera vez en un automóvil BMW M, un sistema electromecánico de control del balanceo de la carrocería con tecnología de 48 voltios.
La dirección activa integral, con la posibilidad de hacer moverse 2,5º las ruedas traseras, también forma parte del equipamiento de serie de un BMW M por primera vez. Contará con llantas de hasta 23”.
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