Carlos Sainz tuvo que abandonar en la segunda vuelta del GP de Australia que se ha disputado en Melbourne. El madrileño tuvo un problema en la salida con el volante y en su afán de remontar posiciones hizo un trompo que le impidió seguir. El de Ferrari lamentó la avería del monoplaza y luego reconoció su error en pista.

"Se ha complicado todo desde la salida, hemos tenido otra vez un problema en el volante, lo he tenido que cambiar antes de salir, no estaba bien configurado, un botón no estaba bien puesto, no me leía bien el torque y esto nos ha costado varias posiciones en la salida. He intentado arriesgar con una rueda dura que estaba fría y claramente he cometido un error que nos ha costado el trompo y retirarnos. Fin de semana para olvidar, problemas ayer y hoy con cosas que tenemos que intentar que no vuelvan a pasar y por mi parte un fin de semana negativo por el error que he hecho".

El español, que había completado los 17 GP anteriores, dijo adiós a las primeras de cambio y además vio cómo su compañero de box, Charles Leclerc, ganaba la carrera -la segunda del año-, toma ya una ventaja considerable en el campeonato y se postula -si no estaba ya claro- como piloto número uno de la Scuderia.

"Sinceramente, todo ha salido mal, por supuesto es difícil de aceptar, han ido muchas cosas en nuestra contra y quizá por intentar remontar con prisa con una rueda que todavía no me dejaba empujar ha sido un error mío. Hay que ser más perfectos y este fin de semana ha sido todo lo contrario. Intentaremos reponernos y aprender de lo que hemos hecho mal y volver mejor. Está claro que el coche va rápido, este fin de semana me he encontrado más cómodo y hay que aprovecharlo. Quedan 20 carreras por delante, queda un mundo, pero hay que intentar ser más perfectos", admitía Sainz.