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La carrera hacia la casa blanca Su elevado número de electores lo hace un Estado clave de cara a la victoria

Florida, bajo la sombra de 2000

  • El Estado llega a las elecciones presidenciales con un reformado sistema de votación que no logra borrar los temores a que un resultado ajustado desate otra vez interminables disputas

El Estado de Florida llega a las elecciones presidenciales del 4 de noviembre con un reformado sistema de votación que no logra borrar los temores a que un resultado ajustado desate otra vez interminables disputas como en 2000, cuando George W. Bush se impuso sobre Al Gore después de que la Corte Suprema detuviera el recuento de votos.

Considerado un Estado sin color político definido y que puede decidir los comicios por la cantidad de electores que otorga, Florida vuelve a centrar la mirada de organizaciones de control electoral y estrategas de ambos partidos que desconfían de las garantías que, según algunas autoridades locales, ofrece el nuevo sistema.

Los confusos resultados en Florida terminaron dándole la primera Presidencia a Bush por una diferencia de algo más de 500 votos sobre su rival demócrata Al Gore, después de varios recuentos manuales de papeletas que nunca coincidían y que la Corte Suprema detuvo.

Con sospechas reiteradas en cada votación que se celebraba en el Estado soleado, el gobernador republicano Charlie Crist llevó a cabo una reforma electoral que consiste ahora en el empleo de lectores ópticos que imprimen en papel las opciones ingresadas por los votantes en computadoras.

El nuevo sistema utiliza escáners ópticos que cuentan los votos emitidos en una papeleta de votación, que se guarda para verificar los sufragios en caso de dudas o problemas técnicos.

"Esperamos el día de las elecciones con mucha confianza", dice Jennifer Krell Davis, portavoz del Departamento de Estado de Florida, a cargo del sistema electoral.

"Florida ha hecho un gran cambio en su sistema de votación y de procedimientos desde el año 2000. Se han uniformado las reglas y las leyes, y hay un proceso mucho más organizado y estable", indicó.

"Desde 2006 existe una base de datos única para todo el Estado de Florida con los votantes registrados, algo que antes era manejado por cada condado, lo que ha sido una gran avance para eliminar la duplicación de personas registradas", agregó la portavoz.

Florida se dio a la tarea de reformar su sistema de votación tras el fiasco de 2000 cuando papeletas confusas, máquinas defectuosas y listas incorrectas hicieron que se perdieran votos.

Las máquinas electrónicas, que no dejaban prueba en papel, volvieron a dar problemas en las elecciones legislativas nacionales de noviembre de 2006 cuando unos 18.000 votos se perdieron en Sarasota, al oeste de Florida, porque las máquinas los registraron como abstenciones y no hubo manera de verificar.

"No voy a anticipar problemas", dijo Barack Obama días atrás durante una visita de campaña en Florida. "Simplemente voy a prepararme asegurándome de que vamos a tener abogados en todos y cada uno de los centros de votación", añadió.

Con la lección de Al Gore en mente, la campaña demócrata distribuyó a lo largo de todo el Estado de Florida un equipo de voluntarios para vigilar las elecciones mucho más extenso que el de McCain, menos preocupado por lo que le depare este Estado bajo administración republicana.

"Para evitar otro escándalo como en 2000, el gobernador Charlie Crist aprobó una ley que impide que las elecciones puedan decidirse por recuento manual, con la esperanza de que si hay problemas no se noten", dijo Susan Pynchon, directora de la Coalición para Elecciones Justas en Florida.

Pynchon no dudó en señalar que si los comicios son parejos y Florida vuelve a jugar un papel clave en la definición por la Casa Blanca "habrá problemas".

La enorme cantidad de nuevos votantes registrados, que son en su mayoría demócratas en Florida, pueden encontrar problemas para votar por las demoras en procesar la información, adelantó la directora.

Pynchon alertó que otro mecanismo para evitar problemas con los votos es que los partidos, que envían cartas a los votantes, denuncien las irregularidades en su registro si no encuentran los domicilios. Eso los obligaría a hacer un nuevo trámite para ratificar sus datos, sin el cual dejarían trabada su participación. "Toda clase de trucos sucios" para torcer resultados se pondrán en práctica en las elecciones, cree Pynchon.

Florida es el cuarto Estado del país por la cantidad de electores que otorga al futuro presidente. Quién gana la votación en este Estado obtiene 27 delegados (o electores) de los 270 que se necesitan reunir en el Colegio Electoral de Estados Unidos para llegar a la Casa Blanca.

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