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La izquierda portuguesa pone fin hoy al Gobierno de Passos Coelho

  • El pacto de socialistas, marxistas y comunistas forzará la dimisión del primer ministro, que invoca la mejora económica como baza final

El conservador Pedro Passos Coelho, primer ministro de Portugal, esgrimió ayer la mejora de la economía y la estabilidad de las cuentas públicas como garantía frente a la izquierda, en la víspera de la anunciada moción de rechazo que, de salir hoy adelante, forzará la dimisión de su Gobierno. "Ya debemos estar pagando un cierto precio por la incertidumbre al final de este debate", aseveró ayer Passos Coelho en su intervención en la Asamblea para presentar el programa con el que fue reelegido primer ministro el 4 de octubre, aunque sin mayoría absoluta.

En una tensa sesión entre las fuerzas de izquierda y la coalición de centro-derecha, el jefe de Gobierno invocó el aumento de las exportaciones, el crecimiento del PIB y el control del déficit como tres de los activos de su mandato, que se inició en 2011, nada más entrar en vigor las duras condiciones del rescate financiero firmado con la troika.

A la alternativa de izquierda, liderada por el Partido Socialista (PS) y apoyada por el marxista Bloque de Izquierda, los comunistas y Los Verdes, el primer ministro la acusó de "desbaratar" los esfuerzos de saneamiento de la economía lusa, todavía convaleciente de su peor crisis de las últimas décadas. Passos Coelho puso como ejemplo de la desconfianza hacia un pacto a la izquierda la brusca caída en la bolsa de Lisboa, que ayer perdió un 4% influenciada por la inestabilidad política.

Su discurso no convenció a la izquierda, que confirmó su intención de presentar hoy una moción parlamentaria de rechazo al Gobierno conservador. Si esa iniciativa prospera, se podría dar paso a un Gobierno liderado por los socialistas y apoyado por los marxistas del Bloque de Izquierda, comunistas y verdes (suman 122 diputados, seis más que la mayoría absoluta), siempre y cuando el presidente de la República, el conservador Aníbal Cavaco Silva, acepte esta solución.

En caso de que la izquierda vote en bloque y no haya disensiones entre sus filas, los 107 escaños de los gubernamentales Partido Social Demócrata (centro-derecha) y el democristiano CDS-PP serán insuficientes para salvar al Gobierno de Passos Coelho. "La troika ya no está aquí, el memorando tampoco, pero el proyecto liberal continúa en el programa de Gobierno", denunció el diputado socialista Pedro Nuno Santos.

Los otros dos partidos a la izquierda del PS, el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista Portugués (PCP), acusaron al gabinete de Passos Coelho de promover con sus políticas una de las mayores oleadas de emigración que se recuerdan (500.000 portugueses desde 2011) y de hacer negocio a favor de sector privado con los servicios públicos.

"Hoy tenemos un debate extraño, sobre un programa de Gobierno que antes de serlo ya estaba en vía muerta. La moción de rechazo está anunciada", realzó ayer Catarina Martins, portavoz del Bloque. En las medidas pactadas entre el PS, el Bloque y el PCP destacan la reposición integral de los recortes salariales aplicados a los funcionarios, un aumento gradual del salario mínimo desde los 515 euros a los 600 en 2019, actualizar el valor de las pensiones y revocar varias privatizaciones.

El jefe de Gobierno, que podría dejar de serlo en horas, respondió a estas "promesas" con una solución de "estabilidad" que dice que representa su Gobierno. "Es importante que las soluciones gubernamentales traigan una base de identidad, cohesión y credibilidad, dándole legitimidad sustancial y no sólo formal".

Aunque esta moción de rechazo prospere, la decisión de nombrar primer ministro corresponderá al también conservador Aníbal Cavaco Silva, quien ya mostró sus reservas a una solución de Gobierno en Portugal con socialistas, marxistas y comunistas. El presidente puede optar por dar el Ejecutivo a los socialistas, dejar a Passos Coelho en funciones hasta la convocatoria de nuevas elecciones (no antes de junio de 2016) o apostar por un Gobierno de "iniciativa presidencial", formado por independientes de diferentes tendencias elegidos por él.

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