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La mujer, a merced de la Policía

  • En los enclaves cristianos de Jartum, las miles de féminas que llevan pantalones corren el riesgo de que los agentes consideren "provocadora" su vestimenta

En los cafés de moda y los enclaves cristianos de Jartum, miles de mujeres llevan a diario pantalones, pero están a la merced de los policías que, según su parecer personal, pueden considerar o no que la prenda es "provocadora".

La periodista Lubna Ahmed Hussein decidió denunciar la legislación vigente en Sudán tras ser detenida por la Policía en julio, junto a otras 12 mujeres, en un café de Jartum por llevar una vestimenta considerada indecente, para el caso un pantalón, delito castigado con 40 latigazos.

Durante su proceso realizado el lunes en la capital sudanesa, las deliberaciones versaron sobre el tipo de pantalón (demasiado ajustado o no) que llevaba al ser detenida, indicaron testigos.

"El investigador de la Policía dijo que yo llevaba la peor vestimenta de todas las detenidas", declaró Hussein al salir del tribunal, que finalmente no la condenó a recibir 40 latigazos sino a pagar una multa de 500 libras sudanesas (casi 145 euros) o un mes de detención. Finalmente, la unión de periodistas de Sudán pagó ayer esa cantidad.

El año pasado, en el Estado de Jartum, el más poblado de Sudán (5 millones de habitantes), fueron detenidas cerca de 43.000 mujeres por motivos de vestimenta, según un funcionario de la Policía citado por los partidarios de Hussein. Pero todos esos casos no desencadenan polémicas dado que las mujeres prefieren callar y sufrir en silencio la pena, que puede llegar -pero no siempre- a los 40 latigazos.

Lubna Hussein, cronista del diario de izquierda As Sahafa (La Prensa) y empleada en la sección medios de información de la Misión de la ONU en Sudán (Unmis) -puesto que dejó después-, decidió sacar a esas mujeres de la sombra y cuestionar la ley que autoriza esas detenciones.

El artículo 152 del Código Penal sudanés prevé una pena máxima de 40 latigazos para toda persona que "cometa un acto indecente, un acto que viole la moralidad pública o que utilice vestimentas indecentes".

Las minifaldas, los vestidos ajustados o los tops que dejan ver la cintura son prendas que no forman parte de las costumbres del vestuario de las mujeres de Jartum, donde las musulmanas lucen en general la tradicional túnica colorida o una falda y una blusa. No obstante, aunque minoritarias, son muchas las mujeres que utilizan pantalones.

La ley que autoriza la detención y el azote de personas vestidas de manera "indecente" fue promulgada en 1991, dos años después del golpe de Estado que llevó al poder al presidente Omar al Bashir.

Lubna Hussein argumentaba recientemente que no hay nada en el Corán que justifique tal texto y que el mismo viola el espíritu del derecho musulmán.

"Hay que modificar esa ley que viola también la Constitución" sudanesa (adoptada en 2005 al terminar el conflicto entre el norte y el sur del país), que garantiza el respeto de los derechos fundamentales", argumenta Yasser Arman, dirigente del Movimiento Popular de Liberación de Sudán (ex guerrilla sureña). "Esta ley incumple los derechos fundamentales de las mujeres sudanesas, tanto las musulmanas como las cristianas", declaró.

Desde el fin de la guerra, la sharia se aplica sólo en el norte de Sudán, mayoritariamente musulmán, y los sureños que residen en Jartum pueden pedir el recurso a una instancia no musulmana.

Varias mujeres sureñas residentes en Jartum, que en general utilizan vestimentas más llamativas que las de las musulmanas, fueron detenidas por "indecencia" en las últimas semanas.

El diario progubernamental Al Ray al Aam (La opinión pública) acusó ayer a Hussein de "politizar" la decisión tomada por la Justicia.

Ayer, al ser liberada, prometió seguir luchando. "Vamos a seguir el combate", declaró.

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