La única central eléctrica de la Franja de Gaza permanecía ayer desconectada por falta de combustible por segundo día consecutivo. Casi un tercio del territorio se quedó, por lo tanto, sin suministro eléctrico, aseguró el director de la central, Rafik Malicha.

El director de la Corporación Petrolera de Gaza, Muyahed Salama, afirmó el sábado que Israel no realizó, desde el miércoles, ninguna entrega de combustible diésel industrial a la planta.

En total, 800.000 de los 1,5 millones de habitantes de la Franja de Gaza se han visto afectados. Tanto la capital como los campos de refugiados en el sur permanecen a oscuras por las noches.

Según una portavoz del Ejército, de momento no está claro cuándo se podrá retomar el suministro. La portavoz explicó que Israel no pudo entregar cantidades suficientes de diésel porque el puesto fronterizo de Najal Oz, a través del cual se surte de combustible a la Franja, fue atacado esta semana nuevamente por militantes palestinos.

La central eléctrica ya había sido desconectada a mediados de enero durante dos días por falta de combustible. El territorio recibe, además, electricidad de Israel y Egipto.

Mientras tanto, la frontera entre Gaza y Egipto, cerrada desde hace meses, seguía ayer abierta para que pudieran cruzarla cientos de palestinos con permisos especiales y enfermos que requieren tratamiento urgente. Según fuentes de seguridad palestinas, la reapertura temporal del paso de Rafá fue acordada entre el movimiento islamista Hamas, que controla la Franja desde hace casi un año, y la cúpula política de El Cairo.

A lo largo del sábado estaba previsto que enfermos graves atravesaran la frontera para someterse a tratamiento en hospitales egipcios. Ayer pudieron cruzar al país vecino palestinos con pasaporte extranjero que esperaban desde hacía meses para abandonar la Franja de Gaza. Finalmente, hoy la frontera quedará abierta para que los palestinos que esperan en Egipto puedan regresar a Gaza.