La Consejería de Innovación considera beneficioso que en el litoral andaluz se instalen parques eólicos marinos tal como posibilita el mapa elaborado por los Ministerios de Industria y Medio Ambiente el pasado 16 de abril. Sin embargo, el nuevo titular de la Consejería, Martín Soler, no ha variado la posición respecto a la que el ex presidente Manuel Chaves mantuvo respecto a estos parques. Es decir, si no hay consenso social y político en la zona, la Junta no los apoyará. Ahora bien, Martín Soler se mostró seguro de que en Andalucía terminará por haber molinos en el mar. "Quizás cambien de opinión en Conil o en Barbate cuando vean cómo otros parques situados frente a las costas de Huelva, de Málaga o de Almería generan renta y beneficio", explicó el consejero a este medio al ser preguntado por la oposición que este tipo de instalaciones ha generado en los municipios del litoral jandeño.

Y es que en Huelva, por ejemplo, los nuevos parques son vistos como una oportunidad para la creación de empleo, a diferencia de lo que ocurre en Conil, Barbate o Vejer, donde las instituciones municipales y la Diputación se han sumado a la corriente de la opinión pública que se opone a los molinos por distintas causas: desde el supuesto impacto sobre las almadrabas a los efectos sobre el paisaje.

Un parque de unos 25 megavatios (Mw) requiere una inversión de 30 millones de euros, a razón de 1,4 millones por unidad de energía instalada, pero en el caso de los marinos aumenta al doble.

El proyecto más importante de los presentados hasta ahora es el de Acciona, situado entre los cabos de Roche y de Trafalgar. Mar de Trafalgar, que así se denomina la iniciativa eólica off-shore, prevé la instalación de molinos que sumen una potencia instalada de 1.000 megavatios (Mw) a una distancia aproximada de 15 kilómetros. La inversión asciende a 3.000 millones de euros, pero, aún cumpliendo los plazos legales en tiempo, Acciona calcula que podrá estar construido en un plazo de tres años en el mejor de los casos y, en el otro, en siete u och o años.

Martín Soler mantiene que el mapa elaborado por los dos ministerios abre grandes posibilidades a un sector que la Junta quiere seguir impulsando, ahora incluso más, cuando la energía eólica se considera uno de los referentes de lo que será el proyecto económico Andalucía sostenible. En el mapa se definen varias zonas aptas para construir molinos sin ningún tipo de exclusión. En el caso de Cádiz, sólo hay una estrecha franja situada frente a los dos cabos a 40 kilómetros de la costa. Algo similar ocurre en Huelva. Sin embargo, el diseño eólico de Madrid deja amplias zonas frente al litoral malagueño y granadino, y una gran franja en el levante almeriense.

El Estudio Estratégico Ambiental para la Instalación de Parques Eólicos Marinos ha sido bastante restrictivo en el caso de la provincia de Cádiz: en el Estrecho y en la línea más cercana al litoral no se podrá levantar ningún molino, mientras que deja una zona en segunda línea "apta, pero con limitaciones" y la mencionada franja libre de condicionantes entre los dos cabos.

Además del proyecto de Acciona, hay otros dos grupos, de Iberdrola Renovables y Capital Energy, que han presentado las solicitudes ante el Ministerio de Energía para instalarse en la zona de Trafalgar. En el caso de que optaran por los espacios aptos con limitaciones deberán estudiar, básicamente, el impacto sobre las pesquerías, el medio ambiente marino, el paisaje y la presencia de restos arqueológicos. En el caso de Huelva, hay dos proyectos de Iberdrola de 500 megavatios cada uno, más otro de Capital Energy. Los promotores deben responder ahora si las zonas aptas reservadas con condicionantes en este litoral pueden servirles, y es que uno de los grandes problemas de estas instalaciones es la profundidad, que agrava los costes, aunque exista la tecnología.