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Cultura

Buscando una de las necrópolis de Mesas de Asta

La ciudad de la historia

EL 24 de junio de 1942, Manuel Esteve se dirige a la huerta y viña de Nicolás: "…siguiendo mis instrucciones se ha procedido a efectuar una excavación horizontal en cuadro de unos 75 centímetros de profundidad en el sitio conocido por la viña y huerta de Nicolás a la derecha de la carretera de Jerez a Trebujena km. 12 en donde me dicen hace ya muchos años aparecieron numerosas sepulturas. Por si pudiera tratarse de la necrópolis se efectuó este trabajo, suspendiéndolo en dicho día para esperar instrucciones".

Los que hemos buscado entre los escritos de Manuel Esteve, hemos encontrado numeroso material de consulta y cartas dirigidas a instituciones y a particulares, pidiendo asesoramiento o haciendo consultas. Esteve Guerrero se hace arqueólogo en Mesas de Asta y allí aprende el oficio. Lo que allí vieron los ojos de don Manuel nos marca las pocas teorías que tenemos sobre el urbanismo de esta ciudad de la Antigüedad.

En dicha viña halló terra sigillata, fragmentos de tégulas y ladrillos romanos, y sin sospecharlo entonces, nos está mostrando una de las necrópolis romana de Asta Regia de etapa republicana y altoimperial.

Mientras llegan las instrucciones, el trabajo se traslada a los habitáculos ya conocidos en el ángulo de la cañada del Catalán. Se explora un hueco en el espacio K, señal de un hundimiento con materiales de huesos, ceniza y sílex, que se vuelve a tapar, para avanzar más adelante en dirección oeste. En el muro que cierras los espacios B, C y E, se encuentra cerámica árabe, romana, pavimento y ladrillos, y una moneda de la época del emperador Claudio ( mediados del I d. C.):

"… El día 28 (de junio) fui con mi hermano Pepe procediendo a efectuar algún trabajo de excavación de descubrimiento del muro W del espacio L, hallando en él una moneda de cobre de gran tamaño en la que se aprecia una espiga de trigo; parece una moneda ibérica, pero esto no puede asegurarse hasta que se proceda a su limpieza… Como sospechaba la moneda hallada en el muro W de la habitación o espacio L es una moneda ibérica de ILIPA… ya se sabe que esta ciudad se identifica con Alcalá del Río (Sevilla)… El material recogido, cerámico sólo, es romano y árabe vidriado… la gran cantidad de piedras que aparecen trabadas en este sitio parecen indicar se trate quizás de la muralla ibérica de la ciudad".

Durante los primeros días de julio se trabaja al este de las habitaciones H, I, G y J y en el muro existente al norte de las habitaciones C y E. El material que se recoge es terra sigillata y cerámica árabe, entre el material cerámico árabe hay fragmentos de candiles y piezas vidradas de color melado. En el cuaderno de campo, señala Esteve:

"… Asimismo se halló una cuenta pequeña cilíndrica de un collar de ágata".

En la habitación K, la profundidad de los trabajos llega a los 3,50 metros:

"… Y como no puede esto quedar en estas condiciones una vez excavado vuelve a rellenarse, ya que llegamos por otra parte al firme natural del terreno".

El 15 de julio visita la excavación recibe una visita:

"Este día estuve enseñando las excavaciones al Padre Capuchino Serafín de Ansejo que vino de Sanlúcar acompañado de otros dos padres y del Sr. Barbadillo, escritor de dicha localidad… el P. Serafín de Ansejo que venía provisto de máquina fotográfica pretendió obtener fotografías de la excavación con objeto de proyectarlas en una conferencia que me dijo, sin indicarme ni dónde ni cuándo, tenía que pronunciar sobre las excavaciones. Me opuse obtuviese ninguna fotografía, ya que, como lo indiqué a todos, él entre ellos, si iban a dedicar a publicar en los trabajos que hiciesen tantas fotos de las excavaciones como los objetos hallados, mis trabajos de excavación quedaban reducidos a los del capataz y la memoria que iba a publicar perdería su interés. Me dijo quedar conforme, pero ya veremos.

Al regreso de las excavaciones estuve mostrándole los hallazgos en el museo, entre ellos la urna ibérica, sobre cuya publicación o mención hice la misma observación.

Como se comprende perfectamente no creo que ningún excavador sea tan cándido que mientras que realiza su trabajo informe a todo el que llegue, primero porque una excavación es un trabajo de estudio en curso y segundo porque sería hablar antes de tiempo y sobre todo porque esto debe hacerlo el que lo realiza".

Una última curiosidad, el 18 de julio, fiesta nacional del trabajo, se gratificó al personal con el pago de tres días.

El trabajo prosigue en el mismo sector indicado arriba, y entre los fragmentos destaca un colgante en forma de almeja, de cobre, deteriorado:

"… Descubrimos junto al muro… una excavación practicada en forma de silo en la laja de piedra caliza que los naturales llaman piedra de la cantera que estaba rellena de restos cerámicos, tejas árabes… Al vaciar esta especie de silo en uno de los lados encontramos una vasija semejante a la urna (que en un anterior artículo describíamos, y que se databa en época turdetana) hallada en el espacio K muy destrozada por la presión de la tierra y por no haber estado tapada como aquella, hasta el punto de que estaba llena de piedras; la arena incluso cuajada y según parece tenía además dentro otra vasija. La sacamos para proceder a la restauración, si es posible".

A finales de julio se está trabajando en unos espacios contiguos a J, H e I. Estos nuevos espacios se señalan con las letras M y N. En el primer habitáculo se profundiza hasta 1,75 metros; bajo esta profundidad no hay otros niveles arqueológicos en esta estancia con base de piedra de la cantera. La cerámica hallada en estos espacios es variada y se presenta revuelta: son las catalogadas por Manuel Esteve en su cuaderno de campo como prehistórica, ibérica (algunos trozos pintados de rojo), campaniense, terra sigillata y árabe, y otros trozos de urnas como la señalada en el anterior párrafo:

"… Entre estos fragmentos destaca uno de una lucerna con una palmeta de gran interés… Esta pieza no alcanza el grado de intensidad negro que es característico de lo campaniense, sino que por el contrario presenta un color vinoso, que conforme vengo observando creo se debe a cuando las piezas no han llegado a un suficiente grado de cochura".

Es casi imposible fijar nivel alguno. En el sector mencionado, los muros aparecen a una profundidad de 60 centímetros. Es un paramento bien construido, de piedras irregulares pero perfectamente trabadas (careadas, trasdosadas y repelladas). En las estancias M y N una gruesa capa de ceniza y tierra negra, nos muestra señales de incendios en dicha zona del yacimiento.

Fco. Antonio García Romero

Centro de Estudios Históricos Jerezanos www.cehj.org

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