Cultura

Colegios de ayer

Entre los años sesenta y los ochenta fueron muchas las instituciones religiosas que emprendieron el camino de la modernización cancelando los antiguos colegios en la ciudad antigua y construyendo nuevos edificios cercanos a las zonas de nuevos crecimientos de la ciudad. Se desconoce la razón de este proceder que dejó el centro histórico de la ciudad prácticamente sin colegios. Pudiera pensarse que emprendieron el mismo camino que la mayoría de los habitantes de los barrios tradicionales, que fueron saliendo progresivamente, hacia las nuevas barriadas unos, hacia las nuevas urbanizaciones de viviendas unifamiliares los otros.

San Juan Bautista de los Marianistas en la calle Porvera, La Salle en la Alameda Cristina, el Santo Ángel en la calle Tornería, el de las Carmelitas en la calle Compañía, las Salesianas en la calle Caballeros, son algunos de los edificios de antiguos colegios que fueron derribados y posteriormente sustituidos por edificios de viviendas, en la mayoría de los casos bastante anodinos.

No se trata de un ejercicio de nostalgia de aquellos colegios cargados de miles de historias personales sino de reivindicar la necesidad de proteger y conservar los edificios que procediendo de la época que sea, reúnen las condiciones de calidad arquitectónica suficiente para permanecer en el tiempo, no solamente su arquitectura sino que también sus usos, actitud que hace consistentes a las ciudades y le aportan un carácter que de otro modo dejan progresivamente de tener. En la pérdida de estos edificios y de otros más, posiblemente se encuentre la clave del estado del centro histórico de la ciudad.

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