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Diario de las artes

Un arte sin concesiones

Un arte sin concesiones

Un arte sin concesiones

PACO PÉREZ VALENCIA. Galería La Caja China. SEVILLA

Paco Pérez Valencia, por mucho que él diga lo contrario, sabe siempre lo que quiere. Por eso hace lo que hace y ha hecho lo que ha hecho. Nunca ha sido artista de medias tintas, ni como museógrafo ni como pintor. Todo esto se constata en la exposición que se presenta en la Caja China, la galería sevillana de Pepe Barragán. En ella se ofrece la suma realidad de un pintor maduro con argumentos claros y conocedor de los entresijos de un arte al que él concede muchos buenos supuestos.

Vayamos por partes. El pintor de Sanlúcar de Barrameda, que ejerce como uno de los más lúcidos museógrafos de España, que es motivador convincente de expectantes inquietudes a todos los que le quieran escuchar y que dicta sus lecciones en la Universidad, es capaz de dejar al lado todas sus muchas actividades para recluirse en su estudio sanluqueño e imponerse un trabajo sistemático de introspección, de análisis de circunstancias - las personales, las de los demás, las que rodean a una sociedad compleja a la que él, sin embargo, siempre descubre su lado más positivo -, de estudio de los planteamientos artísticos que debe utilizar y de búsqueda, de mucha búsqueda, para que su trabajo haga participar de ese su universo comprometido que tanto convence. Es, por todo ello, por lo que afirmo que sabe lo que quiere; porque lucha por conseguirlo.

Llevo mucho tiempo siguiendo la obra de Paco Pérez Valencia; he conocido sus muchas etapas, las de vehemente pintura figurativa, las de esenciales abstracciones, las apasionadas dibujísticas, las de postulados conceptuales, las intervencionistas de espacios... Puedo afirmar que esta muestra es, casi con toda seguridad, la más completa. Lo es porque compendia lo mejor de su variado concepto plástico y artístico. Se trata de una comparecencia íntima; no presenta muchas piezas, las que encontramos están perfectamente escogidas para el espacio - no podía ser de otro modo en quien es dominador absoluto de las estancias expositivas -, desentrañan algunos de los episodios conformadores de su ideario y, además, a pesar de la contundencia plástica y visual de la mayoría de las obras, no abruman y cada una de ellas abre las perspectivas para un enfrentamiento directo que emociona.

La muestra no pasa desapercibida. Deja entrever muchos de los postulados de una pintura de muy amplio espectro. En ella aparecen asuntos y personajes afines a los intereses personales del artista. Encontramos una serie de retratos donde la apariencia velada impone una potestad cómplice que implica la mirada del espectador y lo lleva a situarse ante una realidad cuestionable. Una galería de papeles pintados, colocados justamente para que potencien la expectación, desarrollan muchos de los esquemas variadísimos que interesan al autor; en ellos nos encontramos textos de fuerte carga emocional, retratos de poderosa expresión formal - la imagen del recordado Paco Molina con su sempiterna presencia en la historia personal y artística del autor - e, incluso, justos desarrollos conceptuales con la ausencia superponiéndose a la presencia. Tres grandes lienzos atrapan la mirada del espectador y lo envuelven con su contundencia formal. En el primero la presencia inquietante de la imagen de Pier Paolo Pasolini destaca sobre los espacios neutros del soporte. La segunda gran pieza es una apuesta de rigurosidad colorista, de esencia y reduccionismos abstractos que nos retrotraen a momentos de un expresionismo valiente sin sujeciones a las imposiciones de lo concreto. Y, por fin, la gran pieza central de la exposición. Paco Pérez Valencia pinta la inmensidad del mar; nos hace introducirnos - casi literalmente - en ese espacio inabarcable, abrumador, apabullante ante cuya monumentalidad natural el hombre se siente indefenso, enano y en manos de su absoluto poder. Esta obra puede reflejar la realidad humana existente; esa pregunta incesante que nos abruma y a la que nos cuesta responder: ¡¡¡ ¿Qué soy yo? !!! Para terminar, el artista nos propone una pieza casi escultórica, en la que el texto vuelve a jugar un importante papel en medio de un contexto formal que envuelve y cuestiona el propio sentido conceptual de las palabras.

Estamos ante una exposición importante de un artista importante; un creador nato que, a pesar de todo - como él dice - " no renuncia a la lucha" y sigue buscando los espacios creativos de un arte al que sabe imponer sabias posiciones pero, como también afirma: "aceptará todo lo que venga". De nuevo Paco Pérez Valencia nos introduce en los medios de un arte poderoso, expectante e intenso; un trabajo inmerso en los espacios de la verdadera plástica contemporánea, esa que inunda de emoción, que convence y que atrapa la mirada. Un arte valiente, sin concesiones, pero que no necesita libro de instrucciones.

He disfrutado infinitamente con esta exposición del artista sanluqueño. Con sus obras nos hemos podido introducir en los mejores planteamientos del arte actual; esos que emocionan y no engañan; que hacen transitar por unos escenarios llenos de intensidad creativa, de argumentos plásticos contundentes, de muy buenas referencias y que levantan las mejores y las mayores expectaciones hacia un arte sin fronteras, convincente y descubridor de sus más acertados agentes.

Feliz acontecimiento

+ 5. Espacio Pinea. ROTA.

OBRA DE MORENO CARRETERO para +5 OBRA DE MORENO CARRETERO para +5

OBRA DE MORENO CARRETERO para +5

Los Vendaval, esa pareja artística formada por Rocío Arévalo y Pablo Alonso de la Sierra que como artistas plásticos tienen un lenguaje valiente y procuran acciones de la más acertada plástica contemporánea, son, al mismo tiempo, los responsables de uno de los proyectos artísticos más juiciosos, acertados y comprometidos con el arte de cuantos existen - en la provincia de Cádiz por supuesto y, también, de los pocos de Andalucía -. Línea de Costa nació, en el año 2013, en los espacios del ECCO gaditano, cuando aquello era un Centro artístico trascendente, ambicioso y lleno de sentido y no la nada que hoy es, por culpa de intereses espurios que lo han convertido en un panteón sin nada importante que ofrecer. Allí ellos abrieron horizontes a buenos artistas emergentes - la primera artista residente fue la sevillana Montse Caraballo - con lúcidas proposiciones, ofreciendo la posibilidad de que se llevaran a cabo importantes proyectos que eclosionarían en propuestas artísticas de entidad e intensidad creativa.

De los espacios gaditanos, quizás atisbando en lo que iba a deparar el ECCO, Rocío y Pablo buscaron los aires, más límpidos y vivificadores, de Rota y allí, en la Avenida de Sevilla, retomaron la idea y crearon Espacio Pinea hasta donde siguen llegando, sin solución de continuidad, los artistas residentes para seguir estableciendo esas importantes proposiciones que planteen un arte distinto donde la modernidad artística impone sus necesarias potestades. Para celebrar el quinto aniversario del espléndido programa de artistas en residencia, se ha organizado una especialísima muestra llena de sentido festivo - como no podía ser de otra forma - que plantea, a modo de instalación, una intervención de las paredes del espacio con algunas piezas, realizadas ex-profeso para la conmemoración.

Con el sugerente título de +5 - el símbolo + alude a que son diez meses más de los cinco años de la inauguración - la muestra se ha confeccionando tras una serena y exhaustiva selección de entre los muchísimos artistas que han participado en estos años, escogiéndose a cuarenta y cinco que han efectuado piezas que mantienen presupuestos conceptuales comunes; en primer lugar la idea de celebración; una idea que atiende a esa realidad de conmemoración festiva que conmemora el acontecimiento. También, el concepto de paso del tiempo, de transcurso de momentos vividos con intensidad donde se han desarrollado las múltiples argumentaciones artísticas de los residentes; un tiempo que ha visto crecer a jóvenes desde posiciones emergentes a realidades consolidadas. Artistas llegados de países de todo el mundo que yuxtaponen sus inquietudes con los artistas andaluces conformando un cuerpo expositivo que plantean la multiplicidad estética que anima sus intenciones, incluyéndose dibujos, pintura, fotografía, videocreaciones y objetos intervenidos, recreando conceptos que aluden al crecimiento, a la intensidad creativa. a las ganas infinitas por seguir avanzando y, cómo no, a la constancia por seguir manteniendo un proyecto tan necesitado para que el arte de los más jóvenes continúen su andadura hacia delante En la exposición, se presienten las muchas intenciones que han animado a estos artistas, todos impregnados de pasión por un arte en absoluta proyección y que mantienen vivas las constantes del más abierto desarrollo plástico.

La exposición conmemorativa no deja indiferente. Las paredes del espacio se llenan de intereses comunes, abordando especialísimos registros que vienen a participar en tan digna conmemoración.

La actividad de Rocío Arévalo y Pablo Alonso de la Sierra no sólo se suscribe a el patronazgo de artistas en residencia sino que, por el espacio de la avenida de Sevilla, llegan artistas de la zona que asumen la idea de arte inmediato, emergente y sin fronteras. Esta muestra nos sirve de punto de inflexión para seguir manteniendo la inquietante expectación hacia lo nuevo, hacia aquello que transgrede las acciones paradas en el tiempo y que ofrecen posiciones que nos llevan a los medios de una plástica en inquietante acción.+

Nos congratulamos de tan especial efemérides y nos dejamos llevar por la pasión creativa y postulantes de Rocío y Pablo Alonso que nos adentran en un arte que, a fuerza de inmediato, plantea los postulados de lo mejor de nuestra realidad creativa. FELICIDADES.

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