Cultura

Los talentos de Maribel Ortega

  • La soprano jerezana debuta la próxima semana en Galicia en el papel de Senta de 'El holandés errante'

  • Reivindica el valor del 'producto nacional' y reclama mayor apoyo para los artistas

La soprano Maribel Ortega, el pasado noviembre en el Teatro Villamarta en una escena de la ópera ‘Norma’.

La soprano Maribel Ortega, el pasado noviembre en el Teatro Villamarta en una escena de la ópera ‘Norma’. / Manuel Aranda

La soprano jerezana Maribel Ortega debutará los próximos días 27 y 29 de septiembre el papel de Senta de 'El holandés errante' de Richard Wagner. Será en Santiago de Compostela (Auditorio de Galicia) y en Vigo (Teatro Afundación), respectivamente, en versión concierto. En ambas citas estará acompañada por la Real Filharmonía de Galicia con Paul Daniel (director), Alexander Krasnov, bajo (El Holandés); Richard Wiegold, barítono (Daland); Eduard Martynyuk, tenor (Erik); María Luisa Corbacho, mezzosoprano (Mary); Moisés Marín, tenor (Timonel) y el Coro de la Sinfónica de Galicia con Joan Company como director. Es una coproducción de Amigos de la Ópera de Vigo, Amigos de la Ópera de Santiago de Compostela y Real Filharmonía de Galicia.

Asimismo, el 4 de noviembre también actuará en Vigo con 'Macbeth' de Giuseppe Verdi, en el papel de Lady Macbeth, en una única función. Una velada en la que actuará junto a José A. López, barítono (Macbeth); Felipe Bou, bajo (Banquo); Eduardo Sandoval, tenor (Macduff); Pablo Carballido, tenor (Malcolm); Marina Penas, soprano (Dama); Pedro Martínez Tapia, bajo-barítono (Doctor); Lucas López López, bajo (Asesino); el Coro Rías Baixas (director, Bruno Díaz), la Orquesta Sinfónica Vigo 430, y la dirección musical de Diego García Rodríguez y la escénica de Ignacio García. La relación con los Amigos de la Ópera de Vigo viene de años atrás con la actuación de la jerezana en 'Nabucco' de Verdi.

Wagner es casi un viejo conocido para la cantante, y es que Ortega debutó en el Teatro Campoamor de Oviedo el papel de Brunilda en 'Siegfried'. Fue la primera española en tener este rol en la ópera de la tetralogía de Richard Wagner. Así que ahora, 'El holandés errante' será su segunda ópera de Wagner como solista. "Aquí el personaje es muy distinto, son los primeros años de Wagner, y encuentro mucha similitud con el romanticismo italiano, a las primeras óperas de Verdi, aunque se cante en alemán", cuenta la artista. Una obra relativamente corta de hora y media que consta de tres actos y que se hará sin descansos. Para abordar el papel, Ortega se sumerge en el estudio de la música, el alemán y la emoción también de la mano de personas que entienden de Wagner a nivel vocal, musical y del idioma, para así dar lo mejor de ella.

Un idioma al que dice que "hay que cogerle el truco porque aunque no es mi lengua materna, es más parecido al inglés, que lo hablo. Pero Wagner tiene aquí un idioma propio, muy antiguo, e incluso se inventa palabras. Hay que apoyarse en las vocales y tratar de que sea lo más ligado posible. Cuando te pones a trabajar con un coach en alemán te das cuenta de que no es lo mismo cantar que hablar alemán, la dicción cambia. A la hora de cantar surgen otros detalles con los que no contabas". Dicha preparación la ha realizado desde su tierra, Jerez, y Barcelona, aunque por ejemplo, para 'Siegfried', se marchó a Alemania.

Las próximas actuaciones de Ortega serán conciertos de Navidad en Madrid, Barcelona y Cádiz. En primavera irá al Teatro Cervantes con 'Aida' y regresará en junio al Teatro Villamarta con 'Madama Butterfly'. "Esta es una apuesta muy arriesgada que hace el Villamarta. Es un título muy atractivo que ya he debutado y emocional y actoralmente es muy difícil. Pero el reto está en la credibilidad del personaje a nivel emocional y dramatúrgicamente. Es un personaje muy complejo que a primera vista puede parecer ingenuo por ser tan jovencita, pero es muy profunda, vulnerable pero fuerte, una mujer pero niña a la vez... Yo siempre le busco otra perspectiva a los argumentos. Aquí hay mucho que sacar de uno mismo".

¿En qué punto está ahora Maribel Ortega de su carrera? Ríe antes de dar una respuesta. "No lo sé, hay tanta incertidumbre. Ahora pienso en el presente y ya veremos qué dirección toma. No me sirve de nada pensar en el futuro porque luego viene un revés y te lo cambia todo". Tras doce año en los escenarios, no quiere sin embargo desvelar sus deseos, si acaso, el que todo los artistas sueñan y esperan: tener la agenda siempre completa de trabajo. "Uno nunca sabe qué puertas se te pueden abrir o cerrar y qué personajes se te pueden presentar. Hoy somos muchos cantantes y el pastel es muy pequeño". La carrera es dura, de fondo, "a veces quieres tirar la toalla y en otras, todo se alinea. Como la vida misma, es una incertidumbre. Hay que seguir aunque sea por otros caminos. No creo que tengamos un solo talento, sino que hay otras muchas cosas que hacer. La música está viva y siempre está ahí".

Hace un análisis de la lírica en España y cree que no son "los mejores momentos. Con la poca trayectoria que tengo he cantado en numerosos países y por lo que veo, aquí se tiende más a traer 'el producto' de fuera. Eso no sucede en Alemania, Italia, Francia... donde quieren a sus artistas. En España hay para nosotros hasta un vacío en la Seguridad Social. No estamos respaldados. Hay que fomentar el negocio de la cultura porque parece que el músico es todavía hoy el que malvive. Aún hay gente que me pregunta que qué hago para vivir, parece que el arte no es un medio serio de vida". Aun así, se muestra agradecida, "siempre estoy tratando de crecer como artista y como persona, que es lo que se hace también en la vida. Todavía hay muchos artistas que se tienen que ir fuera para hacerse un nombre en su país. Algo que ocurre también en otros campos como la ciencia. Es lo que nos ha tocado vivir y hay que arrimar el hombro".

Menciona al Villamarta como ejemplo del duro trabajo que supone sacar una temporada de lírica adelante, "es un reflejo de lo que pasa en el país", y calificó como "un orgullo para Jerez" la figura del tenor Ismael Jordi, y la "carrera prometedora" de la soprano Máriam Guerra.

Finalmente se lanza a pedir un deseo: ayudar (otro de sus talentos) a los demás a cumplir sus sueños de querer cantar, "ah, y ser siempre feliz".

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