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Análisis

Fátima Ruiz de Lassaletta

'Bodega San Roberto, hoy de Barbadillo, digna hija de la grande, de 'La Arboledilla'

La noticia, de Redacción en este Diario, de hace días -bien destacada en página impar e ilustrada a color - fue la publicación que la especializada 'Master of Wine', británica, había otorgado sus máximas puntuaciones de 20/20, 19,5/20 y 18/20 a dos Amontillados y a un Palo Cortado de Barbadillo; tras celebrarlo para mí misma, el resto del texto me hubiera pasado desapercibido si mi hermana no hubiera conocido que soy una enamorada de estas dos bodegas sanluqueñas de mi titular de hoy, desde los años 1965 al 1985, que tuve el honor de ser 'cicerone' o coanfitriona en ellas , antes de que dejaran de ser de Ruiz-Mateos tras 25 años en total, cuando se la habían comprado a González& Byass.

Como admiradora de los pagos y viñas del Marco del jerez y la manzanilla, aprecio cuando en el cambio de dueños, se mantienen los toponímicos y los nombres de las hermosas viñas, con ese respeto que en los dos últimos siglos bien documentados, hacen los caballeros vitivinicultores. Y en todo caso añadirle un apellido de devoción, pues la mayoría de los viñedos conservan nombres del santo del propietario: Las Conchas, San Cayetano, San Juan, Santa Bárbara o Myriam 'de Montegil', como en las bodegas que a los próceres se les dedica.

Por ello fue normal en mi primera visita a La Arboledilla - con el paisajista Japón de Sevilla y los de la fundición Marvison para ocuparnos de su gran jardín, a la vista enrejado y de su mobiliario de hierro fundido- comprobar que ya hacia un lustro que se conservaba 'comme il faut', el mural de azulejos de San Pedro Nolasco en la bodega monumental y los azulejos de San Roberto en la bodega mediana, honrando la memoria de sus propietarios, que fueron tal vez durante un siglo González & Byass.

En las próximas dos décadas, me ocupé de prender de los varios capataces de chaqueta (capataces generales) Romero Pravia, Benítez, Morión… que traté, y a veces de los encargados de naves bodegueras - que frecuenté- donde estaban las 2 o 3 mejores botas en cada una de ellas -y que estaban desde luego entre las de la Solera; a veces en punta cercanas a cancelas al jardín, si se trata de Soleras Finas y por tanto de crianza biológica. O cercanas a puertas de a Levante, en la de Amontillado, como es el caso en La Arboledilla y San Roberto- solo en la 'Bodega Don Guido', hoy 'Paúl', estaban sus exclusivas añadas de Cortado y Dos Cortados recopiladas desde 1948, creo recordar por su presidente don Beltrán Domecq González.

Fue la descripción, recogida en el Diario, de esos 3 vinos de San Roberto, destacados por el prestigioso 'connoisseur' y crítico británico, lo que llamó la atención a mi interlocutora. Mientras que a mí lejos de parecerme 'floreados' los resultados de la magna cata, me resultan absolutamente verídicos, ya que en mi memoria organoléptica aún prevalecen todas las sensaciones el experto describe, imborrablemente en el caso de los dos Amontillados viejos.

Mas, a mi condición de admiradora de aquel complejo bodeguero sanluqueño, del barrio alto, - que con la Bodega de San Luis de Hidalgo- se tienen por las más hermosas y monumentales de aquella ciudad portuaria, americanista y capital de la gastronomía 2022, me vinieron estos recuerdos de los sentimientos que albergábamos por La Arboledilla y San Roberto, su entonces vicepresidente Zoilo, su amigo y poeta Toto León- como veremos- su capataz de chaqueta y químico Paco Toribio, su encargado Sebastián Pérez Pina, taurino de museo, y yo misma que debo ser la única que ya queda para contarlo.

Aun prevalecen los versos de Antonio León y Manjon - el poeta de la marisma rociera- que rezan: 'Tu nombre es dulce y ancho: Arboledilla / Arboleda de cal, arboladura/ de no sé qué clamor, de que ternura/ colmenera y floral en tu mejilla.// Tu nombre es dulce y ancho. Que semilla de vino candeal, cuanta blancura / en el limpio compas de tu cintura/ guitarrera de luz junto a la orilla.// Las marismas aquí, allí el armajo; de la albariza al barco, el buen trabajo/ baja cantando desde el campo al mar. // Y en tu vientre de roble capotea / el capote del vino que torea/ a ese torito azul de la pleamar'.

Pero yendo al corazón de la noticia, aún recuerdo aqueste Amontillado junto a un bocoy también centenario rotulado 'Amontillado Reina Mercedes' -la hija reina de Montpensier-que será hoy el evaluado 20/20 por Wine Master Robinson; solo se descorchaba en solemnes ocasiones - que eran solo cuando acompañamos allí a embajadores internacionales o a presidentes del Tribunal Constitucionales - que hasta dos lo cataron, y uno utilizo luego su voto de calidad para su expropiación. O cuando lo ofrecimos a Pedrol Rius, que vino para el pleito de los 99 años…o a los duques de Wellington, de Alba, de Osuna, y Ahumada o al marqués de Santa Cruz, o a los condes de Ordaz o al de Mayalde, que todos ellos entre cincuenta más títulos del reino los cataron en mi presencia. Y como lo hicieron Terremoto y Manuel Morao, este ultimo aún podría dar fe y entre los toreros de Sanlúcar, 'El Marismeño'.

Sin embargo he de confesar, que aún entonces, no se había descubierto el Palo Cortado en San Roberto 1/1. Ese es el gran secreto del Palo Cortado - que se manifiesta solo a su voluntad, cuando no se decide a oler a Amontillado y a saber a Oloroso- también en Sanlúcar. Enhorabuena Barbadillo. Y un recuerdo a don Toto y a don Enrique Barbadillo.

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