Hace unos años con motivo del 750 aniversario de la Conquista de Jerez le escribí una carta a Su Majestad recordando aquel 9 de octubre de 1264. Unos años antes también le escribí otra carta a vuestro biznieto Alfonso XI dándole cuenta de la pérdida de la réplica del Pendón ganado en la Batalla del Salado que fué tan importante para la Reconquista como aquella que un siglo antes en las Navas de Tolosa lograra junto a otros reinos vuestro antepasado Alfonso VIII.

El pasado 23 de noviembre me propuse, como jerezano, no dejar pasar el VIII Centenario de vuestro nacimiento sin enviaros esta carta recordando en ella que 26 años después (1248), el mismo día, festividad de San Clemente, vuestro padre Fernando III el Santo conquistara Sevilla.

Vuestro reinado no tuvo el arranque conquistador de vuestro padre y de vuestra descendencia pero tuvo la necesidad imperiosa de enfrentarse a las revueltas y levantamientos de los sometidos. Esto dio pié a que pudierais dedicar vuestra vida a las letras y a la cultura en general. Ahí el ejemplo de Las Siete Partidas o las Cantigas a Nuestra Señora. Ahí el apelativo de Sabio como se os conoce.

Tuvisteis especial dedicación junto con Murcia a tranquilizar este rincón del sur, la Bahía. Y hoy me viene a la memoria el recuerdo de vuestra majestad en una de estas Cantigas, la 328 , "cerca de Jerez que está en el reino de Sevilla, un lugar que Alcanate solía ser llamado", y que recuerda la cesión graciosa del alguacil moro de Jerez , de quién dependía , para dar nuevo nombre al lugar, Santa María del Puerto.

Siempre he pensado la deuda que Xerez tiene con vuestra majestad habida cuenta el corto pero importante periodo desde la primera presencia cristiana en esta zona hasta la definitiva incorporación de la ciudad a la corono de Castilla.

Ahora es el momento de reconsiderar lo olvidado que tenemos su nombre en la vida ciudadana. España entera tiene en las principales arterias de sus ciudades los nombres de aquellos reyes que cambiaron los signos de la historia cosa que no ocurrió en nuestra ciudad donde tan solo se rebautizó una calle gremial, la Tornería, que entre Chapinería, Sedería, Plateros componían un enclave urbano y que demuestra una vez más que no se puede competir con lo que ya la costumbre ciudadana tiene como propio.

Le recordaría, majestad, ya que al inicio de esta carta citaba a vuestro bisnieto Alfonso la figura de Sancho, su hijo, y Fernando, su nieto, que dejaron en nuestra ciudad un recuerdo indeleble ya que Jerez participó en muchas batallas y en sus huestes se proclamaron héroes que la ciudad perpetúa en su recuerdo.

Valga hablar de la batalla de los Cueros, la Matanza y la Matanzuela como los llanos de Ayna que dan buena cuenta de ello. Incluso la carta de petición de ayuda al rey Sancho escrita con la sangre de nuestros caballeros y que con gran temeridad hizo llegar al rey desde la iglesia de San Juan el noble Xerezano Domingo Mateo de Amaya. Las figuras llenas de valor y arrojo de vuestro pariente Fernán Alfonso de Mendoza, Aparicio Gaitán y Diego Fernández Herrera siguen en el recuerdo de esta ciudad recogidos en su callejero.

Sin embargo, seguimos en duda con su recuerdo. Andamos con una escultura de vuestra majestad de un lugar para otro y queremos perpetuar vuestra presencia de una manera definitiva como el mejor de los homenajes.

Y aquí viene mi petición como jerezano. Desearía que una plaza dentro del recinto murado almohade y en concordancia con la cultura recogiera su nombre y porqué no también su monumento. La llamada plaza del Banco tomó este nombre por las entidades bancarias que allí existían. Este era el antiguo solar del convento de San Cristóbal, que se abrió a la calle Larga en tiempos de la Gloriosa llamándola plaza de la Revolución.

Qué mejor enclave que éste que anida la más honda cultura de la ciudad con su Biblioteca Pública y el Archivo Municipal. ¡Qué mejor regalo para vuestra majestad y para el pueblo de Xerez perpetuar de esta manera vuestra memoria!.