Análisis

josé Martínez Olmos

Confianza en las vacunas

La EMA es una institución que día a día ofrece garantías de seguridad

La problemática vivida en estos últimos días en relación a la vacuna Covid-19 elaborada por AstraZeneca y la posible relación entre su administración y la aparición de episodios de trombos, ha ocupado portadas y llenado un gran espacio en las tertulias en radio y television. El asunto preocupa a la ciudadanía en general pero, en especial, a quienes han sido vacunados. Muchas de estas personas esperan aún la decisión de las autoridades sanitarias en relación a recibir o no la segunda dosis para completar la pauta establecida. A raíz de los informes de la agencia europea del medicamento (EMA) que ha establecido la relación entre la aplicación de esta vacuna y la aparición (infrecuente e inusual) de episodios trombóticos en personas menores de 60 años, las autoridades sanitarias españolas y algún otro país han decidido suspender su aplicación quedando definida la población entre 60 y 69 como la única que deba recibir esta vacuna.

La EMA ha establecido también que la vacuna de AstraZeneca es segura y eficaz y mantiene su posición favorable a su uso en las estrategias de vacunación de los diferentes países. De más de 34 millones de dosis, se han detectado unos 200 episodios que están en estudio. Las restricciones establecidas deben entenderse como una decisión que pretende aportar un plus de seguridad al plan de vacunación frente a la Covid-19, ya que para el resto de edades se dispone de otras alternativas como es el caso de las vacunas de Pfizer, Moderna o Jansen.

Pero estos acontecimientos requieren redoblar los esfuerzos para tratar de contribuir a evitar la pérdida de confianza en las vacunas y, en especial, en la vacuna de AstraZeneca. También, es necesario un esfuerzo de pedagogía pensando en los temores que de manera concreta pueden albergar todas aquellas personas que han recibido la aplicación de esta vacuna y, en concreto, quienes están pendientes de saber si van a completar o no la pauta de dos dosis. La pandemia está poniendo de manifiesto la importancia de disponer de instituciones sanitarias que apliquen bien todos los principios y fundamentos de la salud pública como disciplina al servicio de la salud global. Aunque hay áreas de mejora, nuestros dispositivos en España y en Europa son fuertes. La EMA es una de esas instituciones que día a día nos ofrece garantías de seguridad.

Las vacunas son resultado de procesos complejos de investigación que están muy regulados para ofrecer seguridad sanitaria tanto en las fases previas a su aprobación como en las fases de aplicación a la población mediante la farmacovigilancia. Debemos tener toda la confianza en el trabajo de la EM, las agencias nacionales y las autoridades sanitarias.

Tenemos vacunas. Son seguras y eficaces. Vamos conociendo sus efectos a medida que se aplican y es por ello que se puede ajustar mejor la manera de aplicarlas y las poblaciones en las que es más útil su aplicación. Todo ello en tiempo récord. Pero es cierto que decisiones que suponen cambios e incertidumbre en la población requieren un enorme esfuerzo de pedagogía en el que cabe implicar a los agentes profesionales (en especial sociedades científicas) y medios de comunicación para argumentar las evidencias científicas que avalan la confianza en las vacunas. Esta es una variable fundamental porque es en las vacunas disponibles donde está la clave para el éxito frente a la pandemia. La otra variable es la prevención. De eso hablaremos en otra tribuna.

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