CASI con total seguridad, el próximo europeo de baloncesto certifique el fin de más de dos décadas gloriosas de la selección española. Ley de vida. Los Gasol, Navarro, Reyes, Berni, Llull, Ricky, Rudy o no están o están en su ocaso y no es tan fácil renovar a tanto talento. Desde que los juniors de oro se alzaron con el campeonato del mundo de la categoría, en Portugal, aquel 25 de julio de 1999 hasta ahora, salvo algún que otro tropezón hemos vivido la mejor época del baloncesto español y con mucha diferencia.

Habíamos pasado de tener referencias de la NBA por alguna que otra revista especializada, cuando aquí de la mano de Corbalán, Epi, Chicho Sibilio veíamos como  las torres de las extintas URSS y Yugoslavia dominaban Europa. Luego fuimos inmensamente felices con tener a un español, Fernando Martín, jugando algún que otro minuto de la basura en la NBA, mientras que la selección española nos daba de vez en cuando alguna que otra alegría, como la plata de las olimpiadas de Los Ángeles de 1984, donde oímos por primera vez y le vimos jugar en la final contra España a un tal Michael Jordan.

Finalmente, de la mano de un par de amiguetes, Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, el baloncesto español dio una salto cualitativo muy grande. Ellos dos y todo el resto de jugadores que formaron la selección y crearon la Familia (por como se sentían y se trataban en la selección) o la ÑBA (por la cantidad de jugadores que jugaban en la NBA). De los minutos de la basura del grandísimo pionero Fernando Martín pasamos a jugar y ganar anillos de la NBA.  Todavía guardamos en la retina jugadas claves realizadas por la pareja de  ensueño que durante unos años formaron Kobe Bryant y Pau Gasol, que les llevaron a conseguir dos anillos. Así como el reconocimiento en la NBA de Marc Gasol, Ibaka, Mirotic, Calderón, Rudy, Ricky o el Chacho Rodríguez.

Esa época dorada toca a su fin, pero el espíritu perdura. Seguimos teniendo jugadores en la NBA, como los Hernangómez, Aldama, Garuba, menos importantes, pero jugadores NBA al fin y al cabo. Estamos ganando casi todos los campeonatos a nivel de selecciones inferiores con jugadores que también destacan a nivel individual, lo que a priori nos da ciertas esperanzas de cara al futuro. Pero lo importante, por encima de todo, es saber de dónde venimos, qué nos hizo llegar a ser una selección tan potente para que en los momentos complicados, que a buen seguro nos tocará vivir, no lo olvidemos. Porque de esta manera, seremos capaces de levantarnos una vez más y volveremos a luchar por los campeonatos y los títulos.

Si algo nos enseñaron Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y el resto de la Familia es que el compromiso, el respeto, el esfuerzo, el compañerismo, la solidaridad hacen que el talento de cada cual no solo sume, sino que multiplique al del resto. Vienen aires difíciles, así que no olvidemos lo que nos puede hacer fuertes.