Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Objetivo conseguido

Los daños colaterales son necesarios

PARIDO por los mejores guionistas de Hollywood, la Copa del Mundo de Qatar ha ido a parar a manos de Messi, otrora ‘Pecho frío’ para sus paisanos, ahora un nuevo Dios que situar a la altura del mismísimo Maradona. Con este partido Lionel pone el punto final a su paso por la selección de la mejor manera posible. Le faltaba su mundial y ya lo tiene. Además, disputando un partido épico, a pesar de que a falta de 10 minutos para terminar parecía que iba a ser una de la finales más fáciles de la historia. Argentina dominaba y ganaba por dos a cero. Pero en el minuto 80 Mbappe, compañero de Messi en el PSG, empató el partido y convirtió una larguísima prórroga en un partido de poder a poder. Los penaltis y el portero argentino terminaron de endiosar a Messi.

A los qataríes les ha salido el plan a pedir de boca. La Copa del Mundo se ha celebrado de manera brillante, sin graves altercados o problemas. Qatar ha dejado bien claro al mundo que con dinero y una buena planificación se puede organizar un evento de estas características. Dinero para corromper la designación del país, dinero para construir estadios que la mayoría se van a desmontar y dinero para lavar la imagen como el recientísimo caso de los gasodólares de Qatar que salpica al parlamento Europeo, entre los que se encuentra la vicepresidente de dicha institución, la eurodiputada Eva Kaili, actualmente en la cárcel.

Lo de los 6.000 muertos una vez visto el Mundial lo podemos dejar en esos pequeños daños colaterales que cualquier cosa hecha a base de corrupción suele dejar. Además, los muertos son pakistaníes, hindúes y gente de países donde abunda la pobreza. Seguro que si no mueren trabajando en Qatar en condiciones infrahumanas, hubieran muerto de hambre en sus países. Para eso dijo toda una vicepresidente de la Eurocámara, la ya nombrada Eva Kaili, que Qatar era un país “puntero en derechos laborales”, el resto lo suele definir José Mota con “a la saca”.

Y nosotros seguimos igual, otro fracaso más en un Mundial, pero ya tenemos proyecto nuevo, entrenador nuevo y métodos nuevos. A nivel nacional, el presidente Rubiales vuelve a hacer un truco de prestidigitación y desvía cualquier conexión con los millones del mundo árabe. En el fondo, como dijo Guardiola, en Qatar son más demócratas que en España y terminó rematando Xavi con aquello que él ha vivido muy bien allí. En fin, mejor imposible: objetivo conseguido.

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