Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Menuda alegría me he llevado al saber que la gala de los premios El Ojo Crítico será emitida en La 2 y en riguroso directo. Aunque la noticia no es que se hayan incluido en la parrilla. La noticia que había que señalar, sin duda, era la indecencia que suponía que los premios de las artes más veteranos y prestigiosos del país no salieran a través de la ventana televisiva durante todo este tiempo. Recuerdo el resumen de un par de minutos que ofrecieron desde la web de RTVE en la edición del pasado año. Pero estamos tan inmunizados ante estos desatinos que ya a nadie le extraña que ocurran.

En estos días en los que Antena 3 celebra sus 30 años de existencia se ha recordado cómo en sus inicios algunos de sus formatos de producción propia se asemejaban a la radio televisiva. Es posible que fuesen modestos y muy hablados. Pero bendita oportunidad para la palabra, para el encuentro. Vivía sus postrimerías televisivas, aunque algunos no querían reconocerlo. José Luis Balbín fue una de las víctimas. Sus debates de La clave se fueron demorando hasta las 3 de la madrugada, una hora en la que aquellos tiempos ni siquiera había emisión. Ni ahora.

Desde entonces las entrevistas en televisión se han ido aligerando y constriñendo hasta dejarla en el chasis de la cortesía del hola y el adiós. Las de Pedro Ruiz fueron las últimas de media hora, y eran en La 2. Las de Julia Otero en Las cerezas estaban muy adornadas. Finalmente, a las de Juan Ramón Lucas en La 1 apenas se dio oportunidad. Pasaron de largo y no vuelve a existir la oportunidad para un espacio de charla y alimentación de pesnamientos. Hoy, el invitado de Atención, obras, apenas puede conversar un cuarto de hora, y con interrupciones. De ahí que no fuera tan descabellada la primera Antena 3, la Antena 3 que venía de la radio: la radio que se veía. Como El ojo crítico del 12 de febrero.

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