Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Cuando la enfermedad mental pasa por tu lado levanta un aire tan gélido que es capaz de congelarte el alma para el resto de tus días. Cuando vives de cerca el caso de una persona que se acuesta cuerda y se levanta loca te percatas de lo delgada que es esa línea roja que magistralmente dibujó Terrence Malick en su magnífica película. La cordura y la locura. ¿Somos nosotros los cuerdos? ¿O quizás el estado natural sea la demencia y nosotros, precisamente, somos los que estamos para que nos aten? Tengo un respecto máximo a estas enfermedades. Son terribles, tanto para quien la padece como para quien ve el deterioro personal de un ser querido a diario. No se puede negar que el incremento de la esperanza de vida es un gran logro de la medicina, pero no es menos cierto que a cada año vivido aumentan las posibilidades de padecer una enfermedad mental en nuestros últimos días. En España, como siempre, nos cogerá el toro de nuestra desidia. La población mayor se incrementa mientras la disponibilidad de geriátricos públicos es irrisoria. No aprendemos. Quizás es que estemos locos.

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