El parqué
Avances generalizados
Buena parte de las cofradías tuvieron un origen pseudo-gremial. Y nada más alejado de la nobleza que vivir de un oficio o artesanía. Por supuesto que existieron cofradías de nobles y caballeros, pero sólo entre ellos y para ejercitar el noble arte de la guerra bajo el patronazgo de algún santurrón. Para cuando nacen las cofradías penitenciales, nunca antes del segundo tercio del siglo XVI y siempre, bajo la franquicia de la Veracruz, la sociedad se hubo de adaptar a este nuevo modelo de luz y sangre.
Ya la Hermandad de la Veracruz, -primera cofradía penitencial de Jerez-, ingresó desde muy temprano (1543) representantes del estamento noble que ejercían como patronos, en funciones rectoras, asesoras y de vigilancia en la institución. Con el tiempo, cofradías originariamente, hospitalarias o asistenciales añadieron devociones pasionistas acordes con los tiempos y las modas. Así ocurrió, entre otras, con la de San Antón que también dispuso de 'señorito' que la apadrinara en la persona del Veinticuatro don Lorenzo Fernandez de Villavicencio que fue patrón de esta desaparecida cofradía, como se acredita con documento del que se da cuenta en este artículo por primera vez.
Esta extinta cofradia de San Antón agregada posteriormente a la de la Resurrección de Roma, como se desprende del propio documento, entronca con una de las mas nobles familias y de mayor abolengo de nuestra ciudad. Asentados de firme en el convento de la Santísima Trinidad y superadas las penalidades de antaño comienza a construir capilla propia en el referido convento y busca el amparo de un patronazgo a imitación de otras cofradías. Hemos intentado adaptar la transcripción del documento para una mejor lectura y comprensión del mismo. Para un estudio integro y mas extenso del documento, se encuentra en el archivo de protocolos notariales de nuestra ciudad, concretamente en la escribanía de Martin de Truxillo, Oficio 3º, año de 1610.
Sepan cuantos esta carta vieren como yo el presentado Fray Pedro del Castillo Ministro del monasterio de la Santísima Trinidad de esta ciudad de Xeres de la frontera y Andrés García de Natera y Francisco García de Sierra y Alonso Meléndez, hermanos mayores de la cofradia de la Santa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y del Señor San Antón Abad, fundada en el dicho monasterio ... en nombre de los demás hermanos de la dicha cofradia que hoy son ... juntos en nuestro cabildo ... y yo Don Lorenzo Fernandez de Villavicencio veinticuatro y vecino de esta ciudad .. decimos que por cuanto esta cofradia y hermandad no tiene patron perpetuo que acuda a las cosas tocantes y necesarias de la dicha cofradia y para su conservación y aumento ... hemos tratado el nombrar el dicho patrón ... que por que la dha cofradia esta haciendo en el dicho monasterio como entran por la puerta de la mano derecha una capilla de dos bóvedas en la primera de ellas que es donde a de estar el altar, en la dicha bóveda hemos de poner las armas e insignias de la cofradia sin que podamos poner en ellas o en otra parte otras ningunas armas y en el cuerpo de esta capilla junto al altar hemos de hacer un cañón para el entierro de los hermanos y en la otra bóveda ... podais poner vuestro escudo y armas en la parte y lugar que quisieredes dentro y fuera de la dicha capilla y podais hacer en la bóveda donde habéis de poner vuestras armas a vuestra costa un cañón para enterraros vos el dicho don Lorenzo fernandez de Villavicencio y vuestros descendientes y que sean de vuestro linaje ... y que no se pueda enterrar ningún criado ...
Como se puede constatar el modelo del 'señorito' financiero de la institución, a cambio de lisonjas y oropeles funcionó durante cuatro siglos, hasta que el ahora llamado régimen del 78 incorporó a unas clases medias que abusaron del patrimonio creado por los patronos de siempre.
Y los archivos continúan ávidos de curiosos investigadores.
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