Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Análisis

david puerto román @DavidPuertoR

Un jerez dentro de ti

Cada uno de nosotros podemos identificarnos con un jerez. Porque para entender un poco mejor los vinos generosos de nuestra tierra vamos a compararlos con nuestra propia edad y personalidad. Hay quien se siente Fino o Manzanilla de Sanlúcar, porque son gente joven, llenos de vitalidad. Ciertamente divertidos. Como los Finos y las Manzanillas. Son, además, personas que por, normalmente su juventud, o no, sienten dependencia de sus padres (madre) que se convierten hasta su independencia, en el velo de flor de sus vidas. Sin él, no podrían existir. Por otro lado, cuando gozamos de las décadas de los 20 y los 30, la mayoría se convierte en Amontillado. Aunque algunas personas lo serán para toda la vida. Empiezan a independizarse. No necesitan el velo paterno para subsistir pero lo recuerdan a menudo. A su vez, son personas alegres y vivas. Y el paso del tiempo les va dando una sapiencia y una madurez que profundiza en el aprendizaje. Como el sabor de un Amontillado. Las personas Amontillado son maduras pero con toque de locura, a la vez llevan consigo un toque divertido. Como en este tipo de vino, hay todo tipo de personas. Los hay quienes son más locos y tienen una tendencia más juvenil y quienes abarcan ya una mayor madurez. Los Olorosos, por su parte, han dejado atrás la locura y la diversión pero aguardan en sí una sapiencia que en algunas ocasiones resulta realmente gratificante por su extensa profundidad. Son personas ya con mayor experiencia, en una edad ya más avanzada. Aunque también existe quien nace Oloroso. Porque excepciones hay en todos los lugares. Sin embargo, la persona Palo Cortado puro, como pudiera ser el vino, es más difícil encontrarla. Hombres o mujeres con una vitalidad joven, divertida y con un gran sentido del humor, pero además con una experiencia y un empaque sin parangón. Con el tiempo, se convierten en personas elegantes. Como cualquier Palo Cortado bueno y viejo. Quien nace Moscatel cae bien, casi siempre. Tiene una dulzura especial pero delicada y suele encajar perfectamente en cualquier grupo, casi como el Pedro Ximénez, aunque este puede llegar a pecar de pesado, o empalagoso. Y tú, ¿qué jerez eres?.

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