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Ahora otra vez

La política tiene mucho de rueda infinita de un hámster: tras campañas extenuantes, para Vox ahora viene lo duro.

Decíamos ayer que el primer premio de la supervivencia es poder seguir luchando por la supervivencia. Véase Vox. A pesar de un descenso vertiginoso de votos, ha conseguido entrar en muchas instituciones con posiciones decisivas. Ha salvado una campaña áspera y extenuante y, sin embargo, no va a poder echarse a descansar. En las negociaciones de estos días, se lo juega todo.

Tiene cuatro cosas que conseguir. 1) Su aceptación definitiva como interlocutor válido. Eso lo logró en parte en Andalucía y, por las celebraciones de los otros en la noche electoral, ya lo ha conseguido. PP y Cs cuentan con Vox. 2) Lograr que cuajen los gobiernos de coalición o no cargar con el muerto si no cuajan. Esto no es difícil, porque Cs está en una posición más delicada por su temor cerval a quedar estigmatizado, pero Vox tiene que andarse con tiento.

Más que nada, porque le toca subir su apuesta. No puede contentarse con alfombrar a los otros la senda al gobierno de ayuntamientos y comunidades. Se ha visto claro que entre los votantes de Vox abundan, como en todas partes, los utilitaristas. Los cientos de miles de votos que han perdido en un mes no han sido por los ideales, sino porque muchos simpatizantes han dudado tras la ducha de agua fría de las generales. Ahora tiene que demostrar su utilidad real 3) introduciendo en los planes de gobierno la defensa de la vida (se puede hacer mucho por reducir el número de abortos desde resortes hospitalario-burocráticos, sin necesidad de tocar la ley nacional), promoción de la familia, defensa de la propiedad y de la libertad, desmontaje de las leyes de género y otras leyes ideológicas… Vox no puede ser el pagafantas del centroderecha, sino un abrelatas de tantos férreos consensos transversales tácitos.

Por último, tiene que 4) responsabilizarse de áreas de gestión en los gobiernos que apoye. Para asegurarse de que se cumplen los acuerdos que firma. Sin tocar poder, pueden pasarle dos cosas a cada cual peor: o que ni el PP ni Cs cumplan lo comprometido (que ya nos conocemos) o que, cumpliéndolo, se lo apunten en su rédito político. Además la gestión favorece el trato con amplios sectores de la sociedad civil (cuantos entren dentro del ámbito de competencia) con lo que se acerca el partido a la calle. Finalmente, permite ir superando la estrategia de tertulia, tuit, titular y mitin para ir creando otras estructuras de servicio y comunicación.

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