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Cuchillo sin filo

francisco Correal

Carranza

FLORENTINO Pérez, presidente del Real Madrid, quiso ser tan complaciente que se lo tomó al pie de la letra. Yo le insinué sin hacerme el egipcio que como madridista me venía muy mal la fecha del 7 de mayo para la final de la Copa del Rey. Ese día es mi cumpleaños, también el de Pablo Juliá y de Almudena Grandes, mujer de madridista y colchonera de pro; pero además es el día elegido para la primera comunión de mi hijo y sus compañeros de cuarto de Primaria de las Mercedarias, incluida esa pareja superliteraria que forman sus amigos Víctor y Hugo. Por numerosos precedentes, siempre es molesta la coincidencia de un partido importante con una celebración familiar. Le dije a Florentino, animado por una vieja amistad, que el Madrid debería hacer lo posible por no llegar a esa final. Pero no imaginaba que la solución iba a ser tan drástica y rocambolesca. Y en Cádiz, en el Carranza, donde hace treinta y un años, de la mano de don Alfredo di Stéfano, nació el mito del Buitre con sus dos goles a Andoni Cedrún.

Las dos últimas veces que el Madrid ganó la Copa del Rey fue en Miércoles Santo y contra el Barcelona. Ya me había habituado a esa inercia cofrade y cualquier otra fecha me sabe extraña. Primero fue en la época de Mourinho. Acababan de cerrar las puertas de Ómnium Sanctórun, la iglesia de la calle Feria, porque ya había entrado la Virgen del Carmen Doloroso. En ese preciso momento, Cristiano Ronaldo batió de un preciso cabezazo a Víctor Valdés.

En la final del año pasado hubo dos carreras meteóricas: la de Gareth Bale superando a Bartra para anotar el gol definitivo y la de quien suscribe sorteando cruces de guía, cuadrillas de costaleros y tramos de nazarenos por la calle Francos, la vía sevillana con mayor densidad demográfica de incienso y capirotes por metro cuadrado. Fue otro Miércoles Santo, con los Panaderos y el Cristo de Burgos en la calle. El Jueves Santo salió la crónica del partido y murió Gabriel García Márquez.

Florentino Pérez tiene media calle en Sevilla. La tiene entera Florentino Pérez Embid, agitador cultural del tardofranquismo. El Cádiz ha eliminado al Madrid. Deberían ser compasivos con Rafa Benítez. Entrenaba al Liverpool el año 2005 que el equipo de la ciudad de los Beatles ganó la Copa de Europa, el Betis la Copa del Rey y el Cádiz protagonizó el último ascenso a Primera. Una carambola que ya se había dado en 1977, el año del Nobel a Aleixandre.

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