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EL presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha concretado algo más sus planes de subida fiscal anunciados durante el debate parlamentario del miércoles, ese "pequeño esfuerzo para una parte importante de la sociedad española que el Gobierno pide para mantener la protección social". Encorsetado por su compromiso de mantenimiento del gasto social, el Ejecutivo no encuentra otra vía para disminuir el déficit público galopante que incrementar algunos impuestos a fin de obtener los 15.000 millones de euros en los que el presidente cifra las necesidades del momento. Lo hará, según su declaración en Italia, a base de eliminar la deducción de 400 euros a todos los afectados por la declaración de la renta, aumentar los gravámenes sobre las rentas del capital y subir la imposición indirecta (el IVA y los impuestos especiales sobre alcohol, tabaco y carburantes). Mientras que las dos primeras iniciativas son asumibles, los aumentos del IVA y de los impuestos especiales -que ya se incrementaron en junio pasado- necesitan ser ampliamente discutidos, ya que pueden tener efectos inflacionistas y pesar sobre la capacidad de ahorro, motor a su vez de la inversión y el crecimiento que la economía española necesita. Lo cierto es que una cuestión de tanta repercusión como la presión fiscal debería ser objeto de un debate sosegado y profundo en vez de convertirse en una especie de culebrón en el que los anuncios y las noticias se suceden y se contradicen para desconcierto de los agentes económicos y de la ciudadanía. Es urgente que el Gobierno termine de deshojar la margarita y vaya perfilando los capítulos de ingresos y gastos de los presupuestos generales a fin de que se puedan examinar con detenimiento las ventajas e inconvenientes de las medidas gubernamentales en una coyuntura decisiva para afrontar la crisis de la que algunos de nuestros vecinos europeos empiezan ya a salir. Y no sólo en materia de impuestos, sino en la política económica general, porque ya ha advertido el secretario general de la OCDE de que ningún país saldrá de la crisis solamente con más impuestos.

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