El balcón
Ignacio Martínez
Sin cordones sanitarios
La columna
La verdad es que en muchas ocasiones, lo que una ciudad es, no depende de sus políticos, ni siquiera de su gobierno, sino de lo que sus ciudadanos quieran que sea. Es evidente que en Jerez falta limpieza y mucha. Cuando deambulo por la Avenida, no pocas veces pienso… si esto que es donde están los hoteles y los turistas, y es la puerta de entrada a la ciudad está así de sucio ¿cómo estará una calle de nuestras barriadas que solo ven operarios de la limpieza de vez en cuando? Pues puede que menos sucias, no lo sé. Pero lo que sí sé es que al margen de que haya poco personal para limpiar, los papeles de los bocatas, las botellas vacías, los cartones de las pizzas, etc. dependen de la educación, o mejor dicho de la mala educación de quienes los van dejando por ahí como si la calle fuese el salón de su casa. Porque digo yo que si dejan la basura en la calle, tendrán su casa para no entrar ¿no? Súmenle a ello el que haya capullos, nunca mejor dicho, que disfrutan destrozando los rosales que se han sembrado en la Rosaleda. ¿Qué pasará por la cabeza de esos majaras para destrozar por destrozar? En fin, si los cogen, yo les daba una zoleta y les hacía cardar todo que González Hontoria ya que les gusta la floricultura. Pues lo mismo que la ciudad depende de sus ciudadanos, el Ayuntamiento depende de sus políticos, y el jueves se pudo comprobar cómo hay quienes confunden un debate político con una discusión de barra de tabanco. Nada de discutir sobre los problemas de los jerezanos, nada de cómo arreglar el paro, ni de cómo invertir lo que viene para que sea productivo. No. Se trata de provocar a los demás y que los otros caigan en la provocación. Y a eso le llaman parlamentarismo. Con tal de dar por saco hay hasta quienes votan en contra de lo que su propio partido impone como leyes de obligado cumplimiento. En fin, está visto que la política hace tiempo dejó de ser el trabajar por el interés del pueblo y algunos la interpretan como utilizar las instituciones del pueblo para el interés propio o de su partido. Para algunos, Jerez no es… ¡First!
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