TRINIDAD Jiménez, la titular del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del Gobierno de España desde la última remodelación ejecutada por el presidente Rodríguez Zapatero, acaba de visitar Londres para entrevistarse con su homólogo británico, William Hague, y abordar cómo se avanza en el contencioso de Gibraltar en esta nueva etapa. Formalmente, de la cita entre ambos cancilleres salió el acuerdo de mínimos de mantener vivo el Foro de Diálogo iniciado por sus antecesores Miguel Ángel Moratinos y Jack Straw en 2004, con el regreso del PSOE a La Moncloa. Esta política supuso un cambio radical a lo hecho hasta entonces, pues en el Foro participan en pie de igualdad no sólo los dos estados, sino también el gobierno local del Peñón. La filosofía era avanzar en cooperación local sin entrar en temas de soberanía y manteniendo cada parte su posición en el contencioso. En los seis años que estuvo Moratinos al frente de Exteriores se lograron acuerdos en ese marco. No obstante, los mayores beneficios han sido para los gibraltareños, que no satisfechos con eso y con gestos tan relevantes como que un ministro español fuese a la colonia, ante la cercanía de sus elecciones, en los últimos meses han propiciado una escalada de tensión respecto a la soberanía de las aguas circundantes a la colonia, cuya titularidad nunca cedió España en el Tratado de Utrecht. Pese a este formal sostenimiento del Foro, Jiménez mantiene congelada la agenda y no hay fecha para la próxima cita a escala ministerial. En su política se atisba un giro, comedido, respeto a la era Moratinos. Hemos defendido que la fórmula del Foro no ha funcionado para los intereses españoles, que ha cedido mucho -especialmente en telecomunicaciones esenciales para el desarrollo económico gibraltareño- a cambio de casi nada. Por eso consideramos que la ministra haría bien en profundizar en ese giro, tratando de que España y el Reino Unido relancen las conversaciones bilaterales sobre soberanía, con vistas a lograr la descolonización decidida por la ONU desde hace decenios.