Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Desde el nido del cuco

manuel / barcell

Juan Sánchez

"Con esta obra, Juan, aventamos tus cenizas , con la esperanza de que germinen en el corazón de quien contemple". In Memorian, Juan de La Zaranda (1954-2013). Con este recuerdo anunciaba La Zaranda su dedicatoria de su última obra, 'El grito en el cielo', a mi amigo Juan Sánchez. Un hombre culto, sensible, inteligente, y, sobre todo, una persona con un talento y una bondad insuperable.

Tuve la suerte de conocer a Juan. Para mí fue un gran honor y un gran aprendizaje. Éramos compañeros en los Marianistas, y compartimos horas de charlas, copas, tertulias… en nuestros múltiples viajes por toda España, con motivo de las olimpiadas marianistas. Con Juan siempre se aprendía algo, siempre se disfrutaba de sus acertados comentarios, y siempre se experimentaba su ternura generosa. Jamás le vi enfadado, hosco, malhumorado. Si acaso una tenue melancolía romántica en sus ojos y sus gestos. Juan aportaba siempre algo auténtico, contribuía y ayudaba siempre a sus compañeros. Claro, con sus bromas y socarronería, pero siempre en positivo.

No soy nada entendido en dramaturgia pero siempre que pensaba en 'Luces de Bohemia' me acordaba de Juan, y me venía a la mente su personalidad y la asimilaba inmediatamente a Max Estrella. Juan podía ser un "hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales", aunque yo añadiría su marcado amor a Jerez, sus talentosas ocurrencias, y sus profundos ideales. Y a veces, indudablemente, se sumergía en el esperpento jerezano, nada alejado al del Madrid que Valle-Inclán retrataba el la década de 1920. Tendría Juan muchos 'Latinos de Hispalis' y seguro, porque compartimos muchas copas y cervezas, que asistía a más de algún 'Pica Lagartos'.

Durante los 90 minutos en que transcurría 'El grito en el cielo' no pude dejar de pensar en Juan. En la semilla con la que él contribuyó en sus inicios a la Zaranda, y en todo lo que nos aportó a los que tuvimos el honor y la suerte de ser sus amigos. Cuando salimos del Villamarta (¡ánimo¡ amigos y compañeros del teatro) todos los que te queremos y admiramos, en presente, nos fuimos a brindar. ¡Va por ti, Juan!

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