SEAMOS serios. En esto del periodismo no es lo mismo entrevistar a Lola Flores que a Chiquito de la Calzada. Los dos cantan, ambos bailan, pero la sensación que dejan en el alma (que es lo que después nosotros plasmamos en el papel y en la web de los webos) es distinta. El compañero Correal publicó ayer una entrevista a Leguina en este periódico que es altamente recomendable. Rezumaba sabor a político viejo, a hombre vivido, a quien ha llegado a tal punto que sabe que el bien común (sí amigo, el suyo y el mío) encuentra en las puñeteras siglas un obstáculo. Leyéndola viví uno de esos momentos en los que el café sabe y huele mejor, mientras la tostada se queda en la boca sin que haya mordisco alguno que ose entorpecer la labor de esas dos últimas neuronas que me quedan. Y todo, a fin de cuentas, es simple: servir al pueblo. No al partido. ¡Qué enorme, qué fácil, qué maravilla!