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Diario De las artes

Navegando con solvencia

ESTAMOS ante uno de los jóvenes artistas con más segura proyección. Ya cuando era estudiante de Bellas Artes mostró sus credenciales expectantes con una pintura figurativa muy bien confeccionada y alejada de resabios desvirtuantes. Después lo hemos visto en otras comparecencias dejando constancia de su clarividencia pictórica y de sus buenas proposiciones. De un tiempo para acá se encuentra trabajando, en Málaga, dentro del Espacio Cienfuegos, abriendo perspectivas para una reinterpretación de la realidad.

La exposición en la Sala de la calle Doctor Mercado nos ofrece un viaje apasionante por las distintas posibilidades que existen para la ordenación de los objetos, de las imágenes, de los recuerdos, de los signos, del arte y, así, de todo aquello que configura una existencia a la que se le puede dotar de un nuevo sentido.

Los símbolos se encuentran en todos los órdenes de la vida, en el paisaje cotidiano, en el propio sistema creativo, en el arte, en las arbitrarias formas, en lo inmediato y en lo mediato, en las presencias y en las ausencias; forman parte de la existencia y actúan como hipotéticas balizas para que, cada cual, desentrañe sus vías de actuación y actuar en consecuencia para descubrir su particular realidad. Nacho Estudillo investiga los códigos que rigen el discurrir vital, el escenario donde se desarrollan y la génesis que los origina. De esta manera, su obra no ilustra ni representa; asume, presupone, presenta, transita y hace posible, dejando sus marcas constitutivas; está más cerca, por tanto, de la estética minimalista que del expresionismo que deslumbra, de la forma voluble del concepto que de la sutileza ficticia de lo que relata.

Esos símbolos a los que Nacho Estudillo acude formalizan un estamento regido por la idea; sirven de estructuras que compatibilizan y dan sentido a lo más cercano, conforman una especie de apoyaturas para que la aplastante visión de lo real no magnifique su determinante potestad racional y haga disminuir el sentido de lo más sublime. De esta manera, episodios extraídos de la arqueología histórica y otros, inventados por el arte proyectan un nuevo ideario organizativo en el que pueden tener cabida un nuevo estamento donde todo quede supeditado a las arbitrarias posiciones de una idea.

Piezas múltiples que son, en realidad, unidades de un todo, un espacio -la propia sala- predispuesto a confeccionar múltiples realidades expositivas con un libre argumento expositivo; piezas que conjugan lo simple y lo complejo, lo posible y lo imposible, lo real y lo evocado, dispersión meditada, indagación sobre una idea que establece infinitas posibilidades, estamentos que acercan y prolongan, derivas hacia lo eterno de un arte que exige nuevas identidades y que el autor intenta proporcionarlas.

Aquí tenemos a un Naco Estudillo nuevo porque lleva tiempo indagando, buceando, asumiendo límites que pueden ser posibles o imposibles, eternos, indescifrables, abarcables, asequibles, cercanos, misteriosos y ambiguos. Y todo establecido desde una simbología artística que sirve de luces de posición para intentar - sólo intentar en ese mar encrespado de la existencia - saber a qué atenerse.

Estamos, en definitiva, ante la obra de un artista que navega con solvencia en aguas comprometidas. Por ahí va el camino.

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