Como dicen algunos defensores del gobierno municipal, el Museo Taurino de Jerez no era el Museo Thyssen. Pero esta ciudad no está en condiciones de perder nada y menos cuando el precio a pagar por la marcha de esta colección a Burriana (Castellón) no reporta nada a cambio. La imagen de su traslado, que el Ayuntamiento ni ha sabido ni ha querido impedir (porque opciones de haber querido mantenerlo había) es todo un mensaje. Perder un museo: toda una declaración de intenciones de una ciudad que se dice turística.
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